Entrevista al comisario Villarejo. The Wild Project.

Se intuye pronto en la vida que una gran parte de los acontecimientos consetudinarios que acontecen en la rúa son una gran mascarada, lo que conduce a uno a la perplejidad, confusión y extrañeza. Se habla mucho ahora de la Inteligencia Artificial, la Automatización y la Robótica, como si no fueran disciplinas implantadas desde hace décadas para el control social. Se han usado en el Santo Grial de las sociedades, en algo que al principio es blandito y por hacer y que al poco tiempo puede resultar transmutado en papilla: el cerebro humano, las redes neuronales que gobiernan a cada individuo. Allí se instala el sistema operativo esencial para regirse en sistemas básicamente feudales pero que se recubren democráticas y libres. Los robots son las personas, la inteligencia artificial lo que rige sus cabesas (el autor usa el andaluz).
De todo lo que cuenta Villarejo se intuye una hojarasca de charlatanería y manipulación pero debajo hay un sustrato verosímil, incluyendo lo que revela sobre los atentados del 11-M en Madrid y que es gravísimo. Su manera de hablar transmite el desprecio a la muerte de quien la ha tenido muy cerca, alentada por el sistema al que juró lealtad o por algún marido cornudo a la entrada de Alcalá de Henares. Inténtalo otra vez, maricona.
Todo es cobardía e infantilización, incluidos nuestros políticos. Algunos llegan a púberes y creen en los reinos de fantasía y la manipulación.