29 sept 2008

Entre las ruinas.


Ahora que el mundo occidental se desmorona, que caen los ladrillos sobre los andamios de los partidos, santuario de pelotas, reserva natural de arrebatacapas, ahora, pretenden encadenar a la sociedad civil a los pies de barro de la estructura, para que, con la geometría muerta de sus cuerpos, con la sangre en el cáliz del Estado, resuciten al sistema financiero.

Ahora que caen pianos de cola, chuzos de punta, penes de goma, canapés variados, de los hermanos Marx el camarote, ahora, pretenden que respetemos las leyes mientras negocian con el Estado el estado de excepción, el pago masivo de un desempleo para ojetes edulcorados, de poetisas de la subvencionada decadencia, aplausito.

Pero ahora no queremos. Cuando caigan queremos la meritocracia, queremos el combate cuerpo a cuerpo, esfuerzo y esfuerzo, talento (moneda) y talento. Queremos la democracia, una democracia libre de estructuras parasitarias y de cadáveres que atraen a los buitres, quebrantahuesos y hienas. Queremos la República Constitucional. Separación real de poderes. Mónadas republicanas. Representantes de ellas en el Congreso.

Somos la sociedad civil que se alza sobre los cascotes de bancos y ladrillos para alcanzar la sociedad política, hasta ahora sólo habitada por seres albinos y aquejados de mal de altura, encumbrados por partidos porque enteros no son admisibles en tales cargos de cohabitación bancaria.

Queremos la libertad política.
Viva la República Constitucional!.