27 ago 2008

Iberia sumergida.


Si Héroes del Silencio hubieran sido ingleses, alemanes o norteamericanos, serían recordados como una de las mejores bandas de rock. En cambio, les nacieron en Iberia, en las Españas cainitas y partitocráticas, en medio del bombardeo de las autonomías garbanceras, refugio del mediocre y del profesional del leve movimiento de anca, camaleónico en reunión canapetera (véase López Garrulo).


Esta Iberia que formula preguntas con semilla de respuestas, sumergida y vencida, humillada primero y después arrojada en manos de la incompetencia, para jolgorio de anglos, borbones y sajones.


El cáncer que es este sistema político nos ha empujado todo el siglo XX hacia la más alta cobardía, fruto de la impotencia propia de la incompetente clase dirigente. El genio español ha sido sumergido en sangre y universidad, psoe y ácido, emergiendo sólo, al borde de la asfixia, para gritar emigración.
Si hay un lugar de Europa donde se velan las armas del ingenio, donde se pernocta en las serranías al amparo de ministerios, ese es España.
Todavía hay maquis en España, en catacumbas, en cuevas, en sonrisas bien.

14 ago 2008

Nos están arruinando miserablemente...


Buscando entre las teorías más modernas sobre crisis económicas me he topado con un análisis macro-micro de la famosa economista chilena, de origen mapuche, María Humpajote. A continuación, muestro un vídeo en el que la genial académica diserta sobre la degeneración política-moral que supuso el paso del franquismo a la partitocracia actual, punto de vista no compartido por mi persona ni por mi mismo, que nos inclinamos más hacia una continuación del mismo régimen pero presentado ante las cámaras de televisión por tontos útiles para ser visionado por bobos inútiles.
Sus sabias palabras, seguramente meditadas mientras mojaba la fachá con una regadera, me hacen transladarme a mis años de viticultor toscano, polvazo de italiana formidable y creación literaria sudada.
http://www.youtube.com/watch?v=GOvWErglcSs&feature=related

4 ago 2008

Libertad energética


La democracia, entendida como la adecuada relación entre lo local y lo global, debería tener uno de sus pilares en la descentralización y la libertad energética. Sin ella, en el paso a la globalidad se pierde el poder y la energía de lo local. Lo local necesita de la independencia energética para tener el suficiente peso argumental para alcanzar la libertad política.

En esta independencia energética es clave la descentralización de la misma, esto es, la producción y consumo local de la energía, lo que incrementa de manera drástica la eficiencia energética al reducir los problemas del transporte.Pero a los gobiernos no les interesa la descentralización energética ni el cambio en el paradigma actual, ya que recaudan un elevadísimo porcentaje del coste de los hidrocarburos que se consumen, sirviendo este consumo y modelo como pilar de las pseudo democracias.

Los estados no deberían recaudar de manera centralizada tantos impuestos, nutriendo a una burocracia ingente e ineficaz y dando cobijo a unos partidos que parasitan las energías en este sistema central. Los partidos-autonomías son auténticos sumideros de eficiencia energética, constituyendo un simple nivel más de burocracia al que no interesa en absoluto abrir el debate local donde habita una sociedad civil secuestrada por este sistema político-energético.

Desde los estados fluviales, el poder se ha basado en sistemas centralizados de energía, antaño mediante el conocimiento de la periodicidad de las crecidas de los ríos, ahora mediante el control de los ríos de petróleo que fluyen sobre el mar.
La verdadera descentralización es la energética y no la propugnada por el actual sistema partitocrático, que pretende llevar ad infinitum la corrupción y el poder de los partidos.
Si el poder es el control de la energía, su descentralización es la base de la democracia, y si no hay democracia sin libertad política, tampoco hay libertad política sin libertad energética.

Las mónadas republicanas deberían ser potencialmente independientes energéticamente, teniendo la libertad de aplicar la abstención energética de sistemas más globales y asegurando con luz propia la separación de poderes y energías.