18 jun 2014

Operación 19J: Felipe VI de Lampedusa.

Hoy ver las principales televisiones produce urticaria y alergias varias ante el desfile de cortesanos y el polvillo que despiden las moquetas pisadas por el pisaverde común. El chorreo de almibar y de anacolutos mentales puede producir el baile de san vito y otros males en biologías superiores al papagayo, por lo que es recomendable no abusar del visionado de ciertas tertulias alabatorias.

Nos imponen a un rey que va a coronar el régimen corrupto de toda la vida, el que nació de las brasas de la dictadura y que emergió de él, no como un régimen democrático, como casi todo el mundo cree, sino como un régimen estatal de partidos, un régimen en el que los partidos políticos, incrustados en el estado, junto con otros poderes, lo deciden todo y acaparan toda la vida política. Ellos son la clase política. La sociedad civil no es nada.

Tan es así, que si algún observador extraterrestre o extraibérico pudiera ver con un filtro especial la vida política existente en la piel de toro, sólo vería las tenias, las solitarias, los partidos políticos como única vida. El ciudadano y la sociedad civil no existe como vida autónoma y libre, como unidad constitutiva de un distrito electoral de donde emana el primer poder político, desde donde emerga la libertad, la verdad, la prosperidad.

Los españoles somos pasto de lobbies y partidos, y mientras no comprendamos esto, mientras no comprendamos que no tenemos control alguno sobre estos políticos, que NO son nuestros representantes, la sociedad civil vivirá postrada y a merced del robo y el engaño sistemático.

Es escandaloso el nivel de corrupción y de incompetencia que emana de este régimen, el hedor insoportable de la prebenda y la mentira, la manipulación sistemática a que nos someten las empresas aleadañas al régimen. El asunto de la manipulación a gran escala de precios de la luz de Iberdrola, aireada hoy en la prensa es sólo un ejemplo.

En estos momentos está abdicando Juan Carlos, mañana coronan a Felipe VI, para parecer que cambiar algo, para que todo siga igual. Todo una operación cosmética retransmitida por los medios para las prescriptoras sociales ávidas de papel cuché que en las peluquerias de barrio dictan la cotidianeidad social y política. Pero no toda la ciudadanía nos hacemos el cardadito norcoreano juan juancarlero y vamos a seguir pidiendo, exigiendo, que haya libertad política y democracia en España.

Ante la imposición de este filipino, nosotros, aunque seamos pocos, y aunque seamos los últimos y estemos rodeados ,aunque la idea de la república esté tomada por asalto por la izquierda y no puede emerger en toda su potencia la idea de libertad y verdad, decimos:

!VIVA LA REPÚBLICA CONSTITUCIONAL!
!VIVA ESPAÑA!

9 jun 2014

La Revolución de la Libertad.



La verdadera Transición a la democracia se acelera por momentos. El espectáculo es dantesco, con grandes dosis de patetismo y casposidad al por mayor.

Hoy una recua de exministros han creado una Fundación, la "Fundación España Constitucional", para alabar las bondades de la monarquía parlamentaria juancarlera. Hoy también Durán y Lleida ha anunciado que posiblemente el día 19, el de la coronación de Felipe, abandone la vida política, y no creo que sea por "diferencias con la asistencia o no de Ciu a la coronación" sino porque intuye, ve, que todo el régimen, un régimen que le permite ser Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de España mientras apoya la independencia de Cataluña, se descompone.

Las ratas huyen, la libertad llega.

4 jun 2014

Tiempo de libertad.

Ha abdicado Juan Carlos en el intento de inyectar nuevas energías de supuesta renovación a un sistema político que se descompone, que se rompe larvado por la corrupción generalizada y que es intrínseca y consubstancial al régimen de partidos o partitocracia actual.

La coronación de Felipe VI no supondría sino el lavado cosmético y de marketing a un régimen político que no puede esconder su naturaleza de sepulcro blanqueado, antidemocrática y por tanto contraria a los intereses de los españoles.

No es democrático porque no hay representatividad política, ¿sabe usted quién de entre una lista de partido estatal le representa a usted y a su comarca? ¿tiene,pues, algún control sobre él?,¿hay establecido algún medio de destitución en caso de que su representante político caía en corrupción o simplemente no represente los intereses de su comarca, de su distrito, de su mónada república? - ni hay separación de poderes - ¿hay elecciones separadas desde el origen para el poder judicial, legislativo y ejecutivo?.

Hay algo que la gente tiene que interiorizar y comprender en toda su importancia: la prosperidad de un país depende directamente de sus instituciones políticas.
Unas instituciones que, por su diseño puramente democrático, promuevan la meritocracia y al ciudadano por encima de los partidos, supone directamente varios puntos de incremento de PIB.
Las sociedades tienen que aprovechar sus oportunidades para conquistar la libertad política, como las personas tienen que aprovechar sus oportunidades vitales.
Aún un tiempo para todo, y en la vida de la sociedad política ha llegado el tiempo de su libertad.

Hago un llamamiento a todos los simpatizantes del MCRC, a la vieja y nueva guardia, para que redoblemos nuestros esfuerzos para difundir esta bandera, este tiempo de libertad y esta esperanza en alcanzar nuestra libertad. El sistema político está mutando, quiere cambiar para permanecer igual. Es tarea ineludible, obligación vital porque la propia vida nuestra y de nuestros hijos lo quiere, que inoculemos el gen de la libertad a esta mutación.

Pasemos a la acción: manifestación, difusión, argumentación. Por nosotros que no quede; bajo la libertad política o bajo el yugo del régimen de partidos, la antorcha de la libertad tiene que seguir brillando en la oscuridad e iluminando las conciencias.
¿Viva la República Constitucional! ¡Libertad Constituyente!

1 jun 2014

Es la partitocracia, estúpidos!

Y en eso llegó Pabló...
Y en eso trajeron a Pabló.



La casta parasitaria, voraz y gusanera, y sus gabinetes demoscópicos sufrieron un síncope el pasado fin de semana de elecciones europeas. En el caso del tahur Arriola fue un síncope literal, al arrullo de una cena madrileña.
Las encuestas, como ya dije, se revelaron como un puro cuento asustaviejas y de normalidad cuartelera, un refrito precocinado, fuertemente sazonado, empanado en embutes y embutido en tripas sin lavar con una media de mentiras y una media de fantasía.
Pero el sistema político, el régimen atroz que nos asola, no se basa, ni mucho menos, en el bipartidismo, sino que tiene su sustento en las actuales instituciones y en las actuales leyes, empezando por la Constitución, que refrenda la falta de democracia e instaura este teatro de provincias que nos desloma y nos deslumbra con su inepcia e idiocia total, mientras extrae ingentes cantidades del tesoro público en canonjías políticas. El merluzo partitocrático se reboza en la prebenda.

Hay que tener claro que el enemigo no es el bipartidismo, sino la partitocracia, y que un parlamento europeo o español cuajado de partidos pequeños pero regido por leyes partitocráticas, esto es, que dan el papel fundamental de la democracia a los partidos políticos, sigue siendo partitocrático.
En la situación actual se corre el riesgo de que se desvíe el tiro y que las necesarias reformas democráticas acaben en sólo en una orgía de propuestas demagógicas a cargo de los nuevos partidos pero que no se vaya a la raíz del problema: el sistema partitocrático. Si no se acaba con este régimen instaurando otro verdaderamente democrático, esto es, con separación total de poderes, con representatividad política (hay que acabar con la infame ley D`Hont) y con el control de los políticos por parte de la ciudadania (impeachments y otros mecanismos de cese fulminante o retardado), podemos caer en la confusión y transitar otros treinta años en el marasmo intelectual.

Durante estos días no he parado de oir anunciar que ha llegado el fin del bipartidismo, amplificado por todas las cadenas fetén, pero no he oído de igual forma que ha llegado la hora del fin de la partitocracia, la hora de la libertad constituyente, la hora de una nueva constitución, a nadie, salvo a Pablo Iglesias.

Hay que darle a este hombre y a su formación, con la que no coincido en nada,el beneficio de la duda y ver si promueve el esperado periodo de libertad constituyente. Ya adelanto que lo dudo mucho,.., ya del todo, y ya adelanto que la irrupción de Podemos, si no contribuye a actuar en esa dirección, que no, sólo será una válvula de escape del descontento material e intelectual, aportando estabilidad al sistema partitocrático - del que ya forma parte - y restando potencia a la causa de la libertad constituyente. O sea, otro payaso en el teatro de varietés patrio, una prostituta en el Tropicana, otro grupier en el Gran Casino.