14 abr 2007

MCRC!



www.antoniogarciatrevijano.com

www.club-republicano.com/enlaces.htm

“De modo que hoy nadie sabe dónde yace Paine, y eso, quizás, es mejor, porque el mundo fue su pueblo”

( Howard Fast, El ciudadano Tom Paine)

http://www.youtube.com/watch?v=ezU8UhZ2RSo

El pasado día 12 de Abril, jueves, tuve el honor de asistir al discurso de Antonio García-Trevijano en el Ateneo madrileño. Algo terriblemente trágico está pasando en este país, ¡en el mundo!, cuando una de las almas más juveniles que conozco cuenta con la edad biológica de ochenta años, algo anómalo, mostrenco, acebiano, pachequil, bushiano, algo monstruoso le está pasando a la conciencia moderna, algo terminal debe estar medrando en las mentes de la juventud, para que la más alta rebeldía, la más alta lucidez, la más alta fortaleza provenga de un hombre llamado García-Trevijano y esa misma juventud no bulla de entusiasmo; más en un país asolado y destripado por los políticos profesionales, ametrallado y bombardeado por los serviles medios de comunicación totalmente dependientes del poder.

Quizás la única explicación posible es que en este país todavía perdura en las costumbres el tremendo miedo a la autoridad surgida de las armas, y prolongada en el actual timo democrático-monárquico, en el dislate juancarlista.

La última infancia y adolescencia que ha tenido este país, sea quizás la que se quebró en tiempos de la II República, quizás los últimos niños y jóvenes españoles sean gentes como Arrabal o Trevijano. Quizás la última escena de esa buena película llamada La lengua de las mariposas sea la última escena de una infancia en libertad y en color antes de pasar al blanco y negro de los cuarenta años de dictadura y treinta de timo de la estampita, aunque incluso en la II República estuviese larvada de no pocos errores estructurales.

Somos un país de viejos, de terribles niños-viejos a los que se droga e idiotiza con una televisión vieja, la nueva religión sin alma ni Dios alguno, la nueva religión sin hombre, la nueva religión de consumidores com-pulsivos sin pulsiones. Es el monstruo de Frankestein, que se levanta democráticamente cada cuatro años con terribles espasmos de muerte para ir a votar a uno de los doctores que le mató.

Contra esta situación falaz, de mentiras enquistadas y de burla a la sociedad civil, se levanta el MCRC, para señalar, con la inocencia del niño, con la audacia del adolescente, con el vigor del joven, octogenario en la vanguardia, lo evidente: el rey está desnudo y en este país no hay democracia. Y ahora me callo y me limito a enumerar los principios del MRC.

Los principios definidos del MCRC, publicados el 29 de Agosto de 2006, establecen los criterios básicos que compartimos todos los que lo integramos, fijan nuestro análisis de la situación nacional y nuestras propuestas, y significan nuestra determinación de establecer sólida y definitivamente la democracia política en España.

I. Porque los seres humanos no nacen iguales en capacidad física y mental, ni en condición social, la Sociedad y el Estado deben garantizar la igualdad de derechos y de oportunidades.

II. Porque existe un imperativo moral en todas las conciencias, es condenable el oportunismo personal, social y político.

III. Porque los individuos no pueden desarrollar sus vocaciones ni sus acciones fuera del contexto social, la lealtad es fundamento de todas las virtudes personales y sociales.

IV. Porque los españoles padecen temores derivados de su tradicional educación en el Estado autoritario, sólo la valentía personal puede crear la fortaleza de la sociedad civil frente al Estado.

V. Porque durante siglos se ha sacrificado y despreciado la inteligencia y el espíritu creador, apartándolos de los centros de enseñanza, del Estado y de los Partidos, esas facultades personales han de organizarse para tener presencia activa en la sociedad civil.

VI. Porque la decencia constituye el decoro de la civilización, la sociedad civil debe civilizar a los Partidos y Sindicatos, sacándolos del Estado.

VII. Porque entre el Estado de Partidos y la sociedad civil no existe una sociedad política intermedia, la parte más civilizada de aquella debe orientar la formación de ésta, sin el concurso del Estado.

VIII. Porque la política afecta al universo de los gobernados, si el lenguaje de políticos y medios de comunicación no es directo, correcto y expresivo del sentido común, disimula una falsedad o esconde un fraude.

IX. Porque no son legítimas las razones ocultas del poder político, siempre será ilegítima de razón de Estado.

X. Porque a la razón de gobierno solo la legitima la libertad política de los que eligen el poder ejecutivo del Estado, son ilegítimos, aunque sean legales, todos los gobiernos que no son elegidos directamente por los gobernados y no pueden ser revocados por éstos.

XI. Porque la razón de ley está en la prudencia de legisladores independientes, elegidos por los que han de obedecerlas, no son respetables, aunque se acaten, las leyes emanadas de Parlamentos dependientes del Gobierno.

XII. Porque la razón de la justicia legal está en el saber experto de una judicatura independiente del gobierno y del parlamento, no pueden ser justas ni dignas las resoluciones de una organización judicial dependiente de ambos poderes.

XIII. Porque la razón del elegido está en el mandato unipersonal, imperativo y revocable del elector, es fraudulento el sistema proporcional de listas, que sólo representa a los jefes de partido.

XIV. Porque los medios de comunicación forman la opinión pública, no puede ser imparcial ni veraz la información controlada por un oligopolio de poderes económicos.

XV. Porque la corrupción es inherente a la no separación de los poderes estatales, solo la puede evitar, con su separación, el recelo y la desconfianza entre sus respectivas ambiciones.

XVI. Porque las Autonomías fomentan los nacionalismos discriminadores o independentistas, deben ser compensadas integrándolas en la forma presidencial de Gobierno.

XVII. Porque las Autonomías fomentan gastos públicos improductivos, sus competencias susceptibles de ser municipalizadas deben ser transferidas a los Ayuntamientos.

XVIII. Porque la Monarquía de Partidos carece de autoridad para garantizar la unidad de la unidad de la conciencia española, y ha sido foco de golpes de Estado y corrupciones, debe ser sustituida por una República Constitucional, que separe los poderes del Estado, represente a la sociedad civil y asiente el natural patriotismo en la forma presidencial de Gobierno.

XIX. Porque la única razón de la obediencia política reside en el libre consentimiento de los gobernados, éstos conservan su derecho a la desobediencia civil y resistencia pasiva, sin acudir a la violencia, frente a todo gobierno que abuse del poder o se corrompa.

XX. Porque el pasado no puede ser revivido, sin imponerlo la fuerza del Estado, no es posible la restauración pacífica de la II República.

XXI. Porque el sistema de poder de las naciones europeas, ideado para la guerra fría, no es democrático, los españoles están obligados a innovar su cultura política para llegar a la democracia como regla formal del juego político.

Por lealtad a la sociedad civil, rechazamos la financiación pública de Partidos Políticos, Sindicatos y Organizaciones no Gubernamentales.

Por lealtad a la conciencia de los integrantes de este Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC), el MCRC nunca se transformará en Partido Político, y se disolverá tan pronto como su acción se agote con el referéndum que ratifique la Constitución Democrática de la III República Española.

Madrid, 12 de Abril de 2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Francisco:

Soy Carlos Angulo. Y mira que cuando nos presentamos el jueves yo me decía ... me suena esta cara. Claro, cómo no me iba a sonar, si la había visto junto a nuestro Antonio y a Tocqueville.

Un fuerte abrazo