31 jul 2007

La unidad de los demócratas.



No creo que la unidad de los democratas sea un valor añadido para la democracia, antes al contrario, puede situarse en la antesala del consenso permanente que impide de hecho la existencia de una auténtica democracia.

Creo que podríamos hablar de "unidad de la democracia" y no de "unidad de los demócratas", para poner de manifiesto que en el único punto incuestionable donde deben estar de acuerdo es con respecto a las reglas formales de la democracia.

Un pilar fundamental de todo sistema político es la información, los flujos de la misma que mantienen en pie a la estructura en su propio dinamismo. Si los demócratas se unen, en este caso, si los incipientes grupos republicanos se unen, la información, la savia y sangre de todo sistema político, no tendrá opción alguna de emanar de la sociedad y ascender por los congestionados tallos del sistema político español, lleno de corruptelas.

La unidad de los demócratas, esa estrategia de reunirse permanentemente, pactar, consensuar, asfixia toda posibilidad de ascenso de una opinión pública crítica, - los balbuceos de la auténtica democracia - dentro de un panorama en donde la opinión pública es directamente la opinión de los grandes medios que aprovechan y estimulan desde sus editoriales la "unidad de los demócratas" para verter entonces, por ese colador invertido, su información, la información que forma la "opinión pública" y que mantiene al actual sistema.

Creo que si es bueno en un escenario cercano dar una imagen de "unidad en la democracia" y hacia la República, papel y lugar geográfico, que por sus postulados formales puede desempeñar el MCRC al estar alejado de las cuestiones ideológicas, pero también fomentar y desear la "desunión de los demócratas". Es por esto que el MCRC puede desempeñar, esta vez con total éxito, el papel de la Platajunta en tiempos de la Transición.

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