8 ene 2013

Las pequeñas grandes cosas, by Tom Peters

Las pequeñas grandes cosas - 163 trucos para conseguir la excelencia, trata de pequeños procesos y actitudes para mejorar en nuestro desempeño profesional, en las tareas ejecutivas y en el desarrollo de la innovación y desarrollo.

Es uno de los mejores libros de empresa que he leído últimamente. Me leí hace tiempo otro libro de este ingeniero alemán, reconvertido en coach empresarial, sobre el tema de la marca personal, excelente también, pero este libro tiene una carga de profundidad mayor que supera la esfera de lo laboral y que lo impregna todo. Es un libro de empresa pero es un libro vital, y es bueno que sea así, pues descubre las vías para llevar una vida armoniosa que compagine lo laboral y lo vital.

El entusiasmo y la pasión es el motor de este libro. Hacer aquí un resumen de este denso libro, cuyos mimbres son paradójicamente topics nada pequeños ni baladíes, es una tarea ímproba. Simplemente lo recomiendo vivamente: es un libro de transpira autenticidad y eso se nota enseguida, como a las personas.

Tom Peters habla de excelencia, palabra que se repite como un mantra a lo largo de todo el libro. Lo repite machaconamente, en letras y fuentes de diversos tamaños. La noción de excelencia lleva años presidiendo multitud de programas de Máster de Escuela de Negocio, pero yo iría más lejos. La excelencia es equivalente a la Verdad, esa verdad que lleva a la libertad. Es una verdad que busca el crecimiento profesional y personal de los subordinados, que promueve en entusiasmo en ellos, una verdad que se intenta transmitir para sacar lo mejor de cada uno.

La verdad y la libertad. Sin dobleces ni ambages. También el trabajo como algo sagrado, como el ámbito donde uno da todo lo que lleva dentro, para su propio crecimiento y el de los demás, el emplazamiento donde la persona alcanza su máximo potencial. Es aquí donde van a converger los diversos modos de entender al hombre, las religiones, pienso yo, de todas las partes del mundo, lo verdaderamente significativo de esta cacareada globalización financiero, tecnológica, económica y política. Se va a volver a creer en la potencia del hombre, no pudiendo engañarlo ya, con emisiones o púlpitos hertzianos de una sola dirección. El hombre puede ser, por naturaleza y potencial, excelente, esto es, verdadero y libre. Quizás en otros tiempos y con otros ritos de iniciación a la edad adulta, esto fuera evidente. Ahora, en las sociedades modernas, postheróicas, es harto complicado, porque la meta propuesta, las sagradas palabras, están vacías de contenido. Lo que parece oro, no vale nada. Descubrirlo es el horror vacui. Primero, hay que rescatar el premio, después, una vez colocado y engalanado, alcanzarlo. PD. Bueno, ha habido gente que sí ha hecho un resumen del libro: book's review.

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