La pasión de los españoles por la servidumbre y el miedo atávico a la autoridad no conoce límites. Parece encardinarse en la Edad Media, en donde todo hombre era "de alguien", rendía pleitesía a alguna autoridad religiosa o militar, que le brindaba protección.
La falta de intercambios comerciales en aquellas épocas obscuras polarizaba los territorios a la autarquía y a pegar los cuartos traseros ante inmensas vagaudas de ladrones y malhechores que pululaban por los caminos, sin oficio y beneficio.
Es inaudito el carácter cuasi sagrado que le dan los españoles a los dos partidos mayoritarios, a modo de señoríos feudales, de duquesado o marquesado de alta alcurnia embustil. Es inaudito, en realidad, la importancia que le dan a los partidos, a cualquier partido político.
En unos tiempos en que ha dejado de tener sentido la representación política, ya que cada uno puede presentarse a sí mismo en el ámbito de la sociedad política mediante las nuevas tecnológicas, es deber, es obligación de cada hombre alzarse, aunque sea tambaleante y con mareos, e inspirar el aire de la libertad y la verdad, la libertad y la responsabilidad individual.
España es un animal sagrado -los españoles- cargado de cadenas.
La falta de intercambios comerciales en aquellas épocas obscuras polarizaba los territorios a la autarquía y a pegar los cuartos traseros ante inmensas vagaudas de ladrones y malhechores que pululaban por los caminos, sin oficio y beneficio.
Es inaudito el carácter cuasi sagrado que le dan los españoles a los dos partidos mayoritarios, a modo de señoríos feudales, de duquesado o marquesado de alta alcurnia embustil. Es inaudito, en realidad, la importancia que le dan a los partidos, a cualquier partido político.
En unos tiempos en que ha dejado de tener sentido la representación política, ya que cada uno puede presentarse a sí mismo en el ámbito de la sociedad política mediante las nuevas tecnológicas, es deber, es obligación de cada hombre alzarse, aunque sea tambaleante y con mareos, e inspirar el aire de la libertad y la verdad, la libertad y la responsabilidad individual.
España es un animal sagrado -los españoles- cargado de cadenas.
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