Los trapos más sucios de estos años bárbaros, los pecios de corrupción de mayor tamaño están emergiendo ahora del fondo de la cochambre en la que se revuelca España. La gran mentira de este régimen ha estado y está a punto de liquidar una de las naciones más antiguas del mundo, con una historia y cultura fundamental dentro del devenir histórico.
El morlaco del Finis Hispaniae resulta que no son las hordas árabes en el Guadalete, no es la hidra de siete cabezas de la Europa Continental contra la España de la Leyenda Negra, no son los piratas berbericos, los ingleses de Drake, los norteamericanos de Cuba, Falete en Splash, los rifeños de Abd el-Krim. No.
El fin de España son una caterva de políticos corruptos hasta el tuétano que han medrado en un régimen cuyo diseño se ha basado desde el principio en la corrupción y en la monstruosidad del consenso en el reparto del saqueo, del saqueo de la soberanía nacional, que debiendo residir en la sociedad civil española ha sido usurpada desde el principio por esta Monarquía de Partidos, cuyas tenias, solitarias y otras biologías carroñeras - los partidos ESTATALES -, son las ÚNICAS entidades existente en la esfera política.
El obligación de todo español de bien, que no sea mamón de las ubres de esta apoteosis de la cochambre, de la estafa, del cinismo y mediocridad, es denunciar y luchar por todos sus medios contra este Leviatan que nos atenaza.
La salida a la luz pública de la existencia de las cuentas suizas de la familia Pujol es la señal de que el pyramidon del régimen ha caído, ya que el Molt Honorable ha domeñado durante décadas, aprovechando el disparado diseño de la ley electoral, la vida política y corrupta (género invertebrados y lamiobranquios) en este país.
España es una pocilga hasta arriba de cochambre, es un corral pastoreado por una recua de sinverguenzas que literalmente ha explotado la falta de libertad política, es una cuadra que espera ser limpiada por la fuerza hercúlea de la sociedad española.
Santiago y cierra, España!.
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