25 ago 2017
24 ago 2017
Montero, Iglesias, la Revolución (Rusa) y la Guerra (Civil).
Bueno, emociones fuertes. Me voy a embaular este vídeo que comienza con el prometedor concepto de "actores subalternos". Hora de inicio del experimento: 20:50. "Las fuerzas se desnudan", oigo decir.
"El genio bolchevique". "La capacidad bolchevique de producir orden". "El genio bolchevique de abrir puertas en la Historia".
"En la guerra civil el genio bolchevique es capaz de darse cuenta de que se necesita un ejército ordenado"...
El asalto al poder por todos los medios, desde lo "enormemente cool" hasta "la purga, los disidentes". 23:18. Fin del experimento.
Por cierto, Pablo no contesta a ninguna de las preguntas que le plantea inicialmente Irene. Y un lapsus linguae interesante, transcendental, histriónico-histórico: en el 45:08 Pablo se cae del caballo y afirma que "el debate puede parecer enormemente modesto, BUENO, que es la construcción de sistemas políticos DEMO-LIBERALES, perdón, POST-LIBERALES". El recaudador de impuestos y perseguidor de la cristiada tiene ganas de rendirse y abrazar la reforma, cuando vendía revolución, una reformita de pitimini consistente en dotar a los sistemas liberales (que no son tales) de algo de democracia (que no es tal).
Max Weber ("era muy listo"), Jessop y Monedero
Es fantástico como Wallet contrapone lo liberal a lo democrático, equipara el lado este del Berlin Wall a lo democrático y afirma que "los técnicos trabajan siempre bajo la óptica de lo liberal". Fantástico como distingue populismos reales, fetén (Podemos) de los de diseño (Rivera, Trump).
De la teoría cibernética sobre la que basa su dialéctica Democracia-Liberalismo-Populismo, con el Estado como elemento central, como sistema central de realimentación, se puede deducir algo fundamental: las actuales formas del Estado seguirán mutando, pero no como consecuencia de esa dialéctica, existente desde hace siglos y no necesariamente con esos actores, sino por los cambios tecnológicos. ¿Para que tanta teoría de la legitimidad y de la representatividad si hoy en día se puede articular una democracia directa sin representantes, sin intermediarios?. ¿Hasta cuando van a ser los partidos políticos los únicos actores de la vida política?. ¿Hasta cuando el Estado de Partidos?.
Fantástico es también cuando afirma, y es cierto, que lo realmente existente es un Estado de Partidos, que violación sistemática de la prohibición del mandato imperativo y fantástica (ironic mode on) cuando reconoce que abogados y economistas han sido en los últimas décadas los más capacitados para extraer la leche de las ubres estatales, de la matrona conejera Hispania, pero que ahora lo que priva es la gobernanza, donde predominan los técnicos, que siempre actúan, reitero, bajo la óptica del liberalismo. Y es precisamente esto lo que le falta al Estado, chorros a presión de Ciencia que modernicen sus estructuras y hagan converger los antagonismos y diluir los tremendos intereses creados basados en las supersticiones más rancias y en el pecado original de los estados: pandillas de saqueadores y mafiosos a calzón quitado.
Las oficinas virtuales, la administración y el voto electrónico, la automatización de los procesos, la inteligencia artificial..pueden barrer de la estructura del estado (y las universidades) a toda esta patulea de chamanes, magos y brujos del Antiguo y Analógico Régimen.
¿Por qué el Estado no se aplica de veras la tan cacareada transformación digital?. ¿Dónde está la voluntad política para modernizar la administración de la Justicia, donde el denuedo y tesón que si se han aplicado en la administración de Hacienda y Tráfico?.
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