18 mar 2018

Hasta siempre, Maestro.

Hace unos días murió D. Antonio García-Trevijano y el mundo siguió como si tal cosa. Se publicaron algunos obituarios en prensa elogiando su figura y se firmaron algunos artículos, unos a favor y algunos furibundamente en contra, sacando las manidas acusaciones guineanas. De especial virulencia fue el artículo perpetrado por Miguel Ángel Aguilar, que fue periodista del diario Madrid, en la época en la que Trevijano era dueño de dicho rotativo.
Se va un pensador político de primera magnitud, que no comulgó con la versión oficial de la Transición, esa que la describía como el milagro español que nos llevó a conseguir alcanzar una democracia avanzada. Al contrario, señaló desde el principio de la tragedia, hace más de cuarenta años, donde estaban las fallas que harían zozobrar al sistema, que lo harían revolcarse, y con él a toda la sociedad civil española, en el fango de la corrupción y el pensamiento débil. Míticas son sus apariciones televisivas en La Clave, en la que ante correveidiles y cortesanos, argumentaba con una precisión quirúrgica el por qué el sistema se descompondría en unos años en una pléyade de corruptelas. Como olvidar la mirada de alucinados de los contertulios ante sus afirmaciones, como olvidar la mirada perdida de Ramón Tamames ante la afirmación de que en España NO había democracia porque no se cumplían (ni se cumplen) los dos axiomas fundamentales de una auténtica democracia: la existencia de separación de poderes y una auténtica representatividad de los electores.

Se va un hombre libre que vivió su vida defendiendo la libertad e intentando llevar la libertad política a España, milagro que aún no ha sucedido, porque sería un milagro que esta libertad llegase de la mano del actual Estado de Partidos, que es el verdadero rostro del régimen. Es esta realidad la que denunció Antonio García-Trevijano desde el final de la dictadura y es la causa por la que fue condenado el ostracismo. Amigo del Conde de Barcelona y amigo de juventud del rey emérito, pocas personas como él sabían de la verdadera naturaleza del actual régimen. Sus afirmaciones podían resultar exageradas en un primer momento, hace más de década cuando yo me integré en las filas del MCRC (Movimiento Ciudadano hacia la República Constitucional) que él fundó y donde desarrolló parte de teoría que reflejaría en su obra Teoría Pura de la República, y que sin embargo ahora se tornas veraces y certezas para el gran público, y no tan sólo para un puñado de iluminados de salíamos de la caverna política que es el régimen político español.

El paso del bipartidismo a un sistema de cuatro partidos, dentro de la actual partidocracia, no es sino un pálido reflejo de lo que puede evolucionar la situación política española si acaba triunfando la democracia, dando el protagonismo a una sociedad civil a la que los partidos políticos han usurpado su papel político. Antonio García-Trevijano representa la España que pudo y que puede ser, la potencia de una sociedad civil madura y adulta, que alcanza por primera en su historia su libertad política colectiva. Pocas sociedades la han alcanzado, y nunca de una manera tan perfecta como la que soñamos en el MCRC; cuando bullía el 15-M acariciamos la idea del triunfo de las ideas repúblicas (que no republicanas), soñamos con la evolución hacia una auténtica democracia y no sólo con la irrupción de dos nuevos partidos. Cuando se desarrolló el 15-M fue el MCRC el movimiento que habló por primera vez de periodo de libertad constituyente para dotar al pueblo español de la libertad que no tuvo al final de la dictadura, una libertad para crear una Constitución entre todos (y no la del 78, esa de la que se afirma “que nos dotamos a nosotros mismos”), y que fue redactada a espaldas de la sociedad.

Se va D.Antonio García-Trevijano pero quedan sus ideas y sus obras, iluminando las vergüenzas del actual régimen y alimentando los ideales de una España libre. Hasta siempre, Maestro. Libertad = Verdad. Viva España viva! Viva España libre!.

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