17 mar 2009

Estado Español



Paul Krugman, último Premio Nobel de Economía, predice grandes dificultades para la economía norteamericana y un panorama aún más negro Europa. De la situación española afirma que es especialmente grave, y eso que no se trata de un economista liberal y que su discurso lo pronunció en presencia del presidente Zapatero.


Cuando hace 70 años la Historia jugaba a muerte y prostíbulo en las calles de Barcelona, cuando ante la embestida de las tropas nacionales se producían enfrentamientos entre comunistas y anarquistas, nadie de los allí presentes, envueltos en aroma mediterráneo y chocho_payés( ) podía imaginarse que esa contienda, búsqueda universal de optimización de los destinos humanos, quedaría aparcada de territorio español tanto tiempo...Es lo que tiene la escritura automática...


Si España lo va a pasar muy mal existe una alta probabilidad de que nos encontremos ante un periodo prerrevolucionario. El ajuste económico va a ser duro, lo va a ser el social y debería serlo el político, porque la existencia de esta patológica democracia, pseudodemocracia parasitada por el sistema de partidos y el régimen autonómico, es consustancial a la corrupción de la función política, cangrenándose hasta sus más finas raíces por la adhesión parasitaria de empresas en régimen de cuasimonopolio.


La extensión de la descentralización ha favorecido la ampliación de las redes clientelares, de mercados cerrados y monopolistas. España es, hoy día, un Estado mafioso, un Estado fallido, que extorsiona legalmente y coacciona con las fuerzas de seguridad del Estado a una sociedad civil esclavilizada de una casta política repugnante, de aspecto blanquecino y pegajosa al tacto, cual tenia estomacal.


Por eso, en España se corre el riesgo de que la Revolución política no sea por una reforma de la estructura autonómica o de la forma de Estado (monarquía o república), sino que sea un movimiento contra el Estado mismo.

La casta política y sindical, al haberse incrustado en las ubres del Estado cual bebé remolón, ha adquirido en su material genético la programación de una poltrona y coche oficial entre los neonatos, no pudiendo la sociedad civil, España, distinguir entre políticos, sindicatos y Estado.


Por eso es probable la rebelión de la sociedad civil al Estado que actualmente la oprime, con una dimensión mastodóntica, con rucalcabiana eficacia. Una rebelión anarquista en lo político y liberal en lo económico, favoreciendo la actividad y función empresarial, la actividad y función humana.


Aunque alguna entidad, a título individual o de carácter grupo-borregil, pueda tildarme de fascista - o socialista, o contratista -, lo que necesitamos ahora es decir Arriba España!, arriba España, arriba la sociedad civil a derrotar a un Estado copado por socialistos anti-sociedad, por sindicalistos anti-trabajo.


Y a Krugman y a todos los economistas del orbe, ¿cuentan con el factor humano?. ¿Cuentan con la posibilidad de un cambio de paradigma económico?. ¿Cuentan con la desaparición del Estado?. ¿Contáis con España?.




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