Devorando a marchas forzadas El Manantial, de Ayn Rand, de la editorial argentina Grito Sagrado. En la recámara espera La Rebelión de Atlas. Tanteo la compra de El manifiesto romántico con Lenin, el alegre funcionario de prisiones de esta ala, la sección íbera. Le soborno con paquetes de cigarrillos, agua de fuego y otros abalorios hessianos. Por supuesto, sigo cavando mi túnel con mi martillo gemológico tras el póster de Bo Derek.
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