1 feb 2011

España prerrevolucionaria.

La ola revolucionaria que se extiende por el norte de África siguiendo una falla formada por oligarquías y cleptocracias ramplantes, puede acabar por convulsionar a un país situado más allá de la columna meridional del estrecho hercúleo: España, falsa democracia y cleptocracia trilera.
Este país, con unas cifras que espantan (20,34% de paro, 31,4% de fracaso escolar,-0,2% de PIB|2010..), se halla en una situación prerrevolucionaria en la cual cualquier acontecimiento la puede llevar a un cambio paradigmático.
Las redes sociales de la sociedad civil, perplejas y maravilladas ante los simulacros de libertad, son un auténtico hervidero de propuestas, una verdadera lluvia de ideas para alcanzar la libertad política.

Estamos viviendo a nivel mundial los estertores de las ideas socialistas, la última batalla por los más recónditos bastiones del muro de Berlín. Y en esta auténtica guerra mundial, los mayores derramamientos de sangre están ocurriendo en aquellos estados más socialistas, como por ejemplo España, con una estructura y legislación cuasitotalitaria con planteamientos tan mostrencos como los convenios colectivos y con un aparato estatal larvado por partidos políticos, sindicatos y patronal, por una sociedad esclavizada por una banca que se ha aprovechado durante décadas de la gran regulación existente y del compadreo con lo político, permitiendo el chupeteo cabeza-centollo a la casta parasitaria.

Pero el avance de la auténtica democracia y del capitalismo, que con la existencia del dinero impide la guerra total, es imparable. Y no es el Magreb y su probable paso de unas oligarquías represoras a una democracia "modelo" como la española lo que más preocupa a lo político occidental, sino una revolución política en un país como la propia España, que remueva ostensible los axiomas de las falsas democracias occidentales, abrevaderos de la prosperidad americana, siendo ésta la democracia más avanzada del mundo.



El príncipe ignoto, en España y Occidente, no es nuestro Felipe de Asturias - un tostón, un niño pijo y bien sin legitimidad alguna -, sino la libertad política, absolutamente desconocida en la Iberia, que suspira por una revolución de los geranios, soñando con los claveles lusos y los jazmines tunecinos.

Turandot, la bellísima España, caerá rendirá, por fin, a la verdad y la libertad, tras siglos de desconfianza y sufrimiento, mancillada por mil espadones, pisoteada por los cien mil de san luis, ultrajada en lo más hondo por la lucha fraticida de sus gemelos.

El hombre libre, que habita siempre en cada uno de nosotros, y que vela armas inmóviles, a veces durante centurias,sopesando corrupciones, perdonando canonjias, despertará al alba, respondiendo a la llamada telúrica de una nova hambre atrasada que nos conecta con la sagrada tradición de nuestros antepasados.

Al alba, al alba vencerá.

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