No deja de tener su aquel, no deja de tener gracia la sincronía que se produjo el otro día, el otro, no sé exactamente cúal, durante el que fueron al suelo su majestad (la majestad del día, qui cir) y la gran bandera de la plaza de Colón. A su vez, la Bolsa caía imitando en su derivada negativa a la testa coronada y la prima de riesgo subía cual hombre de partido.
Durante ese día el mundo fue lineal, cartesiano, leibziano, mostrando la relación directa, en manera simbólica, que existe entre el Régimen político que se nutre de España - llena de cenutrios de cetrina tez - y la crisis económica que es el vacío que deja el voraz apetito estatal sobre los despojos de la sociedad civil.
Saturno comiéndose a sus hijos. El estao español comiéndose a los españoles. Una pesadilla de Saturnales, qui cir, de Navidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario