7 dic 2012

La carga final.

Ayer, 6 de Diciembre, se celebró el preludio de un funeral, un deja vù nostálgico, una conmemoración antigua y rancia de un nacimiento mitológico, tan habituales en estas fechas en las que el hombre aterido de frío y miedo se refugiaba en cuevas y partidos políticos ante el temor de la huida, definitiva, del Sol y de la libertad.

Tanto en un caso como en el otro, nos vendieron la mula ciega, gato por liebre, remiendo de virgo con maroma portuaria.

Pero el proceso hacia la libertad política en España es imparable si la sociedad civil no deja de empujar y no ceja en su empeño por vigilar el cauce de esta Transición. El signo evidente de lo avanzado del proceso es que ya líderes del Antiguo Régimen PostFranquista, como Aznar o José Bono, hablan ya abiertamente, una vez aseguradas las pecheras y rellenos los buches, de crisis institucional y de la necesidad de un cambio constitucional. Otro signo evidente de los nuevos tiempos es el alienamiento de los principales periódicos con el nuevo discurrir de los tiempos y de la pronta avenida del dinero. Periódicos como ElPais, baluarte a ultranza de lo más rancio del Antiguo Régimen - bipartidismo, maniqueismo a calzón quitado, indivisión de poderes, capitalismo boeiano - hablan de un debate constituyente.

El auge del nacionalismo depredador, con querencias suizas, no ha hecho sino acelerar el necesario proceso regenerador que sin embargo, y como siempre que se desencadena un proceso revolucionario, puede acabar y es casi la norma, en un anacoluto anapódoton gatopardiano.

Es deber sagrado de la sociedad civil velar armas ahora y combatir artículo a artículo cuando se abra el melón constitucional. Abra que pelear metro a metro, resistir en la trincheras de la demagogia, de la manipulación, chapotear en el lodo del engaño y la confusión. Se tendrán que rescatar del derrumbe histórico hermeneútico, el significado original y verdadero de palabras, que hoy yacen semienterradas bajo un millón de cascotes, que tapan todo su verdadero significado.

Habrá algunas de ellas que lleven siglos sin ver la luz, maniatadas a una columna y obligadas a mostrar alguna parte de su anatomía telúrica, destilación de siglos, por algún orificio, para mostrar algún significado parcial, ungiendo y bendiciendo con ese sólo acto, a millares de paniaguados e indocumentados intelectuales. Este Régimen de robaperas deberá pagar caro este largo secuestro de nuestras Palabras Fundadoras.

La sociedad civil debe prepararse para la carga final para alcanzar su libertad política. Estamos ya en pleno fragor de la batalla, como lo demuestra el siguiente párrafo de El País de artículo anteriormente señalado:

   No será fácil poner de acuerdo a los defensores de los partidos políticos tal como están constitucionalizados —“instrumento fundamental para la participación política” (je, jeje: Nota del Autor) — con las iniciativas surgidas para ampliar los cauces de la participación ciudadana y la iniciativa legislativa popular. Delicado, asimismo, el capítulo del sistema electoral, que la Constitución constriñe al establecer la provincia como circunscripción y además con una cuota obligada de diputados por cada una de ellas, lo cual favorece el peso de las hectáreas sobre el de las personas (Axioma fundamental del Ancien Régime: Nota del Autor)..

Los mimbres fundamentales del Régimen están sobre el tapete, en medio del páramo, para ser peleados. No podemos dejar pasar esta oportunidad, oportunidad creada, además, con el sufrimiento enorme de mucha gente. Que ese sufrimiento se sublime y se condense con la consecución de la libertad política y de ahí - el resto, por añadidura - la prosperidad económica.




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