Diario República Constitucional
http://www.youtube.com/watch?v=encooiIH77Q
Pacto de tornados. Gracejo de Fraga. Trevijano.
http://www.youtube.com/watch?v=Au5iQcLBDl8&feature=related
Tornado comunista hacia el tornado consumista
http://www.youtube.com/watch?v=fdif18p-cJg
La voz en el desierto. El héroe solitario.
La cara del economista Tamames, ahora liberal, lo dice todo.
http://estaticos03.cache.el-mundo.net/especiales/2002/04/nacional/sabadorojo/imagenesvi/portada.jpg
Tamames y una bandera, ejemplo de la vía comunista – consumista.
Plazo de cinco años para tal milagro de Fátima.
La oligarquía que nos gobierna se tuesta el sol suspendida en lo alto de un tornado. Allí firma documentos de prevaricación y merienda chocolate con soconusco en una mesa-escritorio.
Mientras, la base del tornado, que se asienta en la sociedad civil, succiona cual aspirador Polti a los desheredados de la cultura y del saber por el huracán LOGSE y anteriores. Todo, todo elemento institucional en la actualidad que pulule a ras de la sociedad civil, tiene como objetivo la absorción de la materia y de la mente del hombre-masa para nutrir al tornado. El hombre-masa se siente incluso feliz, porque, aunque rotas sus raíces de toda lealtad personal, de toda valentía y ética, navega con las barcazas de la “tolerancia” y la progresía, que muchas veces son las únicas agrupaciones sociales donde habita la fermosa dama de banda no estrecha.
Y si estas van hacia el tornado, hipnotizadas por el brillo de los abalorios y del pintalabios, aunque se pierda toda posibilidad de libertad política, de libertad colectiva, estamos perdidos.
Los partidos políticos, que desde las azoteas más altas del tornado extienden sus tentáculos a lo largo del tornado hasta distintas alturas ( grosso modo (PSOE e IU hasta el nivel sindical, PP y el omnipresente PSOE hasta el nivel empresarial..), han subcontratado a los medios de comunicación de masas, propiedad de los grandes grupos financieros, que caben en la tierra de la sociedad civil los surcos y caminos por donde repte el hombre-masa, muchas veces en la actualidad, siguiendo a la mujer-masa.
Por si no hubiera pocos caminos de perdición en los atribulados mundos de la sociedad civil, por si no hubiera pocas señales falsas que llevan al centro del tornado, se ha sumado ahora el feminismo de cuota, por lo que ahora a la tradicional mediocridad de la clase política masculina, se suma ahora la del sector femenino. Ver los movimientos acelerados de ancas femeninas atravesar los territorios ya cercanos al tornado, de la servidumbre voluntaria y del oportunismo ramplón, produce desánimo.
Pero sería una injusticia que las mujeres no tengan su oportunidad de medrar en el Estado Partitocrático al igual que hicieron los hombres (los del anterior Régimen y los cabecillas de los partidos clandestinos). Por eso es feminismo de cuota, algo tan monstruoso como el sistema electoral proporcional, de cuota, que asegura la presencia continuada de todos los actuales partidos. El límite del 3% (como las comisiones de las obras catalanas) impiden que un partido o independiente, quizás muy capaz, siente sus posaderas en el Congreso al lado de las hordas peloteriles de los partidos, sometidas a ¡la disciplina del partido¡, ¿quién de ellos me representa a mí, dónde está el que habla por el distrito de Jerez?.
El monstruoso tornado, cuya cima habita una pequeña parte donde debería existir una vasta sociedad política, y no un guetto atrincherado tras unos medios de comunicación serviles, pactó con los partidos clandestinos cuando el dictador (Franco) feneció (murió). El tornado franquista, también Estado de Derecho, también con sindicatos, blabla, era estrecho y furibundo. La fuerza de absorción a su base se basaba en el miedo a la autoridad. Pero la transición supuso una alianza de tornados.
En los límites de la sociedad civil, en el pequeño tercio laocrático, habitan los partidos clandestinos, que mediante su propaganda, especialmente el PCE, aspiraban a aspirar a hombres para su propio medro y elevación.
El tornado franquista, y sus inteligentes hombres tecnócratas, ingenieros de tornados, pactaron con estos emergentes fenómenos para unirse al banquete de la etérea sociedad política.
Y así, ante los perplejos ojos de la sociedad civil, los tornados alternativos, periféricos, incluso nacionalistas, fueron absorbidos por el tornado central dejando en la tierra de la sociedad civil las marcas y las señales a seguir por el hombre-masa en busca del santo medro.
El “tornado democrático” creció en potencia y anchura, manteniendo la diferencia de altura adecuada entre la oligarquía en la sociedad política y la sociedad civil, absolutamente necesaria para la maquinaria de las sociedades de consumo. Se consume en masa, tomates insípidos, se consume en serie. Se compra, se vota y se vive, en realidad, según la elección entre muy pocas posibilidades.
Frente al ¿por qué no te callas?, juancarlista, prefiero el “A la mierda” de Fernando Fernán Gómez. A la mierda con el tornado. Me amarraré a la tierra con una mujer de bandera y no de cuota.