5 abr 2010

La verdad imparable.


La Verdad pide paso en España con la fuerza de un miura. Ahora que el bollo, el opio balompédico y toda la armada mass-media se las ven y se las desean para mantener la gran tramoya de la gran mentira democrática, una sola cornada, una serie bien ejecutada de ganchos y directos a la conjura de los necios, puede acabar con este régimen infame.
Cuando la mujer se de cuenta de la realidad española, cuando tenga que pedir pan para sus hijos y arrastrar cañones a la Bastilla, no habrá ministerio, toga, partido, Chistian Diorrr (by Galiano), telediario o fusil que pare la revuelta. La mujer es la espoleta de la Historia, la prescriptora de la acción revolucionaria, sístole y diástole del continuo tiempo, agitadora del huracán y martillo masculino.

Ahora resulta que el profesor Neira se ha rebelado como un auténtico régimen-killer y no cae simpático a los socialistas. Ahora resulta que Neira dice las verdades del barquero cartegenero (dónde vas Alfonso XII..?) y que la arpiedad fémina española, tan arrastrada ante el poder como una concha sin vida mecida por las olas queda reflejada en toda su extensión.

Ministras-objeto abogando por la desaparición de la mujer-objeto, como si, ya que todo el régimen occidental pseudodemocrático está basado en esta piedra angular, geométrico-sexual, que sostiene el vaivén gonadil del hombre-objeto, infame cobarde ante cualquier tipo de poder. Ve sombras chinescas y está borracho de palabras de garrafón.

Los valores y los principios del bípedo común, están condicionados en último término a la posibilidad de culebrear con fermosa dama. Si ésta apoya a felón rey, al ver a negras en Valencia con hijas de procuradores franquistas envueltas en papel celofán, el carajo general hablará en lingala si es menester.

Neira, pateando paraisos (paradises)

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