27 ene 2008

Clítoris, monarquías y menarquías.


Clítoris


Ventana de la mar para la tempestad y sus olas
Sol de la almendra para el dardo y sus trompetas
Luna del crepúsculo para lo lascivo y sus caprichos
Carne del impudor para el deseo y sus tumultos
Concubina del pubis para el macho y sus males
Pimentero de la fusión para la alcoba y sus tigresas
Armonía de la verticalidad para el carnívoro y sus chupetones
Estampilla de lefa para el creador y sus alucinaciones
Joya del orgasmo para flauta y sus dedos
Pleno de existencia para la intimidad y sus ritos
Taller del amor para el martirio y sus brasas
Corazón del espasmo para la eyaculación y la lamida
Flor del furor para el sádico y sus mordiscos
Molino de delicias para la pistola y sus tiros
Margarita de Eros para el libidinoso y sus fervores
Nicho de enigma para la penetración y sus rayos
Ciprina de adoración para el tallo y sus carnavales
Botón de ligue para el priapo y sus caprichos
Rosa de besos para el adorador y sus puros
Calibistri de locura para el bullicio y sus dilecciones
Concha de seducción para lo precioso y sus himeneos
Escudo de delirio para el ruiseñor y sus caprichos.
Copete de ardor para la fantasía y sus nudos
Mandolina de calor para la flecha y sus intrigas
Fresa de diluvio para el delirium y sus tremens
Nido de culto para el marqués y sus ataduras
Cajón de erección para el clavicordio y sus pasiones
Mechón de embrujo para la daga y sus toques.
Tesoro de fiebre para el falo y sus quemaduras
Cetro de la llama para la ceremonia y sus frenesíes.
Arrabal (Monte Carmelo, 2007)


Monarquía y la eterna menarquía



Esta monarquía, asentada en lo mitológico de la menarquía (primer sangrado menstrual), en lo mitológico de una eterna Transición que (NO) trajo democracia alguna tras la castidad infantil del bajito dictador, se mantiene viva exclusivamente gracias al servilismo de unos partidos políticos que son los eunucos de Palacio. Hombres capados que no querrán (ni podrán) penetración alguna con las musas del harén real.
Por si faltara algo en la tragedia española, a estas musas se les practicó la ablación en su tiempo, ya que el monarca, rey de la menarca, no quiere disfrute sexual alguno, no quiere que ningún súbdito sepa nunca lo que es la libertad política.
Él vive y reinará gracias a la libertad robada a la sociedad civil, que le adora en programas rosa intuyendo por dónde se fue, robada, su libertad y la posibilidad del placer.

Foto: Vagina monárquica. Tras la menarquía-Transición, le hicieron la ablación.
Mariquitas con flores la custodian, eunucos partidos en partidos,
penetrándola cada cuatro años
entre agudas vocecillas, fingiendo
un placer-libertad al que renunciaron
por la merienda bobalicona en
el hall de los palacios.

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