http://blogs.elpais.com/la-voz-de-inaki/2012/10/se-avecina-la-nueva-transicion.html
La necesidad de un cambio político de calado en este país, espoleado y con la espoleta de la creciente andanada nacionalista, se ha colocado ya - quién lo iba a decir hace tan sólo cinco años - en el centro del ágora, servido en bandeja por las principales líneas editoriales. Los grandes medios de comunicación, sabedores de la irreversibilidad del proceso, se han alineado con él, haciendo ya imparable.
Viene el cambio, no tanto exigido, luchado, pergeñado en las calles ante la agobiante corrupción política y el capitalismo de estado (o castizo vía BOE), sino porque sectores de la casta política, los nacionalistas y otros menos cercados al punto G del Estado opresor-pastoril, ven peligrar sus canonjías y la viabilidad de sus negociados esquiladores.
Ya se sabe, aquí no importa esa materia lejana, ese polvo estratosférico que son los ciudadanos. Los actores y únicos habitantes de la sociedad política, de la vida política, es la simpar casta política. Son sus reacomodos, sus movimientos de anca mientras se desplazan por la rua, los que van a provocar el cambio político.
Es menester, no obstante, intentar aprovechar el rediseño poltronil de sus señorías olímpicas, para intentar hazaña de semidios. Intentar colar, de rondón, una esterilla, una alfombrita, un felpudo, para que un hipotético Prometeo, Hercules, atisbo de sociedad civil neonata, plante su osamenta cual pica en Flandes en las alturas demiúrgicas.
Aún esta hazaña no se consiguiera, estamos en tiempo de prodigios. Aprovechad para ver el cielo en los instantes de reacomodo de sillones. Y no olvidéis nunca de que materiales está hecho el Show de Truman. Haced como si no hubiéseis visto nada pero actuad en consecuencia.
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