28 oct 2013
Ortí Bordas, "Oligarquía y sumisión".
Triunfan las ideas sostenidas casi en soledad, en el páramo del pensamiento político, de Antonio García-Trevijano. Hoy, actores que estuvieron en primera fila en los primeros momentos de la Transición, y que no vieron entonces la deriva y las consecuencias de una estructura nefasta, ven con claridad el imperio de la partitocracia y sus efectos éticos, morales, sociales y económicos.
Pero no hay que ser triunfalistas en este momento de la aceptación de las principales ideas fuerzas del republicanismo constitucional. Hay que exigir llegar hasta sus últimas consecuencias, hay que pedir la apertura de un periodo de libertad constituyente para que se redacte, con luz y taquígrafos, y con el acceso de todos los españoles, una nueva Constitución que articule las bases para la libertad política. Hay que pedir, igualmente, que se convoque un referéndum monarquía-república y un referéndum para ratificar, o no, la Constitución escrita.
Estamos en plena Segunda Transición, y de nosotros depende la dirección final que ésta tome. Hay que ser leales a la idea de la libertad política y su corolario eterno: la verdad. Si no fuera así, que la sociedad del futuro nos lo demande.
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