29 nov 2013

Jirones de historia.



Ellos no tienen ningún técnico para fundirnos a negro. Podría ser el título de una novela de época, de esta época apocalíptica para los espíritus apocados apegados al alpiste partitocrático. Simplemente nos han hecho evacuar... Como evacuaron hace treinta y tantos años la posibilidad de libertad política en España, insertándose ellos - partidos y sindicatos - mediante la innovadora manera del fascismo de cuota.

Cae Canal Nou - y lo siento por los trabajadores - pero ese canal, y la mayoría de las televisiones autonómicas han sido el dispensador de la ideología del régimen partitocrático que ha arruinado España. Los márgenes de libertad se ceñían a breves escarceos, suaves arrumacos, quejíos varios, rabietas estudiadísimas, razzias de cartoné, entre los dos partíos (real)politik(os) que han pastoreado el corral hasta fecha reciente.

El mantenimiento de la casta despendolada y extractiva durante todos estos años de plomo, habitado y teñío de seres sin alma, tiene mucho que ver con el sorbete de seso que de manera periódica, realizaban los apoltronaos en los infinitos espacios de libertad - a la manera porcina de Rebelión en la granja - que emergían tras la siega neuronal perpetrada por los tractores autonómico-estatal-milico-audiovisual.

La rebelión de los exnecios, que vivimos hoy en día, tiene mucho que ver con el abandono de esos campos de Marte, sembrados de seres lobotomizados y de segregación salival teledirigida. La vista a esos eriales es dantesca: se amontonan los cadáveres y los juguetes rotos, las modas sin sentío, los destrossos de las sucesivas campañas agropecuarias.
Ocurrieron varios milagros durante el perido del 15M. Yo viví algunos en directo, otros los ví por alguna cadena de tv. Pues bien, la única cadena que emitía casi de manera permanente imágenes desde la Puerta del Sol fue Intereconomía, calificada por los prebostes y sacerdotes de la hortera religión transicional como facha, fascista. Allí entrevistaron a gentes de todo tipo, calificados por la nomenklatura, como de extrema izquierda perroflaútica. Pues bien, allí convergieron, en estas entrevistas,en la que no faltaban los insultos a la cadena del gato - los hartos por este régimen fascista que califica de extremos, de outsiders, de peligrosa ralea, a los que allí convergieron. Es casi conmovedor ver esos encuentros, esos extrañamientos ante la bestia opuesta que resulta que también pide la libertad política. Se rozó el koan perfecto: más de algún televidente alcanzaría la iluminación política.

No hay comentarios: