27 abr 2014

El Trocadero.

Dicen desde el gobierno que la situación económica está mejorando y los mimbres de este cesto - los medios de comunicación vasallos de la autoridad vigente - no cejan, no dejan de cimbrear el canasto para que se escuchen las nueces, manzanas o cabezas de moros.
El ruido de la carraca mediática y sondeadora es atronadora. Los brujos y cocineros de Sigma Dos agitan las maracas cual Machin estatal para emitir un mensaje claro y nítido: el tercer reich del bipartidismo español durará mil años más, ha estado presente desde las más ignotas eras, el mítico Argantonio era de la PPSOE y Kolais de Samos un sindicalista griego en tránsito a una mariscada en MercaSevilla. Amén.Viva España.
Paseando por la Carrera de los Jerónimos uno no puede dejar de sorprenderse ante la magnitud de las cocinas donde se excreta este nauseabundo brebaje: las instalaciones de SigmaDos justo al lado del Congreso, más grande, más modernooooooo, más estatal, más mármol, más cool, más Alfonso Guerra ("la termodinámica no tiene secretos para mí").

No me fio un pelo de las encuestas. ¿cuál es su intención?, ¿para qué?, ¿informan adecuadamente del universo de datos o de los márgenes de error?. El rizamiento del rizo son "las encuestas internas de los partidos", que tienen una credibilidad que se sitúa entre la independencia del poder judicial o la resurrección de los muertos.

Pienso que la única y principal tarea de estos engundros precocinados es la de mantener el status quo bipardista, la de crear el efecto de profecia autocumplida.

Con el poder enorme que tienen todavía los voceríos televisivos de la oficialidad - no nos engañemos, todavía la televisión juega un papel transcendental en el resultado electoral - el veneno de las encuestas crea en el ciudadano la sensación de que su insignificante voto no va a cambiar nada, ya que los resultados varían en una cantidad mínima y las relaciones de votos con otros partidos se mantiene. Los sondeos crean la ilusión y posteriormente la realidad de la inmortalidad del régimen juancarlero, de la eternidad del régimen bipartidista-cuartelero, de la invariabilidad del régimen del apaño pastelero.
Torres-Dulce dijo el otro día que la magnitud de la corrupción supera los recursos del poder judicial y que lo impregna todo, alentando al propio ciudadano al fraude ante la generalización del acto fraudulento y soconusco. Y es cierto, la corrupción es horizontal, vertical, transversal, en diagonal y en paralelo. Produce fenómenos extraños, milagros maravillosos, como que el gobierno cierre de golpe y porrazo unas cuantas cadenas de TDT, como que se acuse de prevaricación a un juez que investigaba el caso Blesa (la jueza Manuela Carmena explicó ayer que es un hecho insólito querer apartar a un juez de por vida), como que se hayan concedido 400 indultos, como que el reparto del pastel judicial por parte del pastelero Gallardón - que prometió hacer todo lo contrario - es ahora total y absoluto.
La Junta de Andalucía es una gabarra hundida en el fango de la corrupción, los sindicatos una recua de sinverguenzas que promueven los EREs y aguan el vino de la formación, los nacionalistas catalanes unos demagogos y unos burdos falsificadores de la historia, la monarquía una pantomina manchada de corrupción y traición a los propios españoles.
Nunca ha habido democracia. Tan sólo actos heróicos aplastados por la bayonetas del absolutismo, directo o disimulado como ahora. La Plaza du Trocadéro adorna París y los españoles no recuerdan que una vez vislumbraron la libertad política.

España no sabe lo que es la libertad política. La libertad política no son las libertades individuales, no son los derechos de asociación, expresión, reunión. No es la exhibición de pornografía. La libertad política es el control de la clase política, la representavidad real y la efectiva separación de poderes, para que, con las condiciones anteriores, florezca el auténtico protagonista de la nación española: su sociedad.
La política NO son los partidos políticos - que pueden ser prescindibles -. La política es la organización dinámica del poder que emana de la sociedad y que es controlada por ella para promover el progreso y el aumento de su bienestar. La política democrática, quiero decir.

Así pues, Hijos del Trocadero, españoles de la infantería de Torrijos, no votéis a esta casta política, no votéis a esa hidra de siete cabezas que es el PP-PSOE-IU-Ciu-PNV!. Ya que desgraciadamente la abstención favorece a esta cosa, votad al menos a algunos de los nuevos partidos, Ciudadanos, Vox o quizás UPyD.

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