No puedo dejar de enlazar el siguiente artículo de Roberto Centeno publicado en el Diario de la República Constitucional el pasado día 21 del presente, en donde pone a parir de un burro la actual situación del INE y denuncia el control político del mismo, prolongado en el tiempo a lo largo de muchas legislaturas.
La cochambre que los políticos han acumulado en las cocinas de la opinión pública es de proporciones faraónicas, sus consecuencias son dantescas. La manipulación y la mentira han arrasado las posibilidades de este país, auténtico corral de los partidos políticos que han dejado el suelo patrio como un solar, como un estercolero de una porqueriza.
Ver a Elena Valenciano pedir el voto al PSOE porque quiere llevar a Europa el modelo andaluz produje espanto, verguenza, rabia, locura transitoria, baile de san vito, picores varios. Hay que tener una cara de hormigón armado, ser "echá pá lante" para propalar semejante varapalo al sentido común. Estos rasgos de carácter, a medio camino entre el cretinismo y la psicopatía, es recurrentemente observable en muchos de los representantes de la casta política. Ver a Ana Mato (ella no ve,es ciega, no ve un Jaguar en un garage) todavía al frente de un ministerio produce sonrojo, ver a Pepiño Blanco incrustado en las listas europeas del PSOE produce transtornos transitorios, deja vu, disociación de la personalidad, encuentros en la tercera fase, noche oscura del alma.
¿Los españoles hemos reflexionado de verdad lo que supone que Aznar pusiera al frente de Telefónica a un compañero de pupitre como Villalonga y al frente de CajaMadrid a un compañero de oposición como Blesa?. ¿Hemos interiozado que Zapatero nombró a su amigo Pepe Blanco ministro sólo por esto?.
Una sociedad que permite esto no merece vivir en libertad; si acaso sobrevivir esclava y arrastrada por el fango, todavía en su edad infante. No hay peor ciego que el que no quiere ver y los españoles, si quieren, tienen las herramientas, lejos de las televisiones, para conocer la realidad de este régimen y la historia reciente de nuestro país.
Es sintomático que las personas que a lo largo de estos años se han enfrentado a este estado de cosas: Antonio García-Trevijano, Federico Jiménez-Losantos, Roberto Centeno y otros, sean outsiders del sistema y no se les dé cancha en ninguna tribuna pública. Se les ha recluido en ese cajón de sastre que el sistema, con pilares y fundamentos en el fascismo - distribuido eso, sí - llama caverna mediática con tintes de ultraderecha. Para mondarse oíga! Las golondrinas disparando a las escopetas!.
Haría falta un Chicote televisivo que hiciera un Pesadilla en la Democracia, para dar cuenta de todas las tropelías cometidas durante estos años, aunque tuviera que ir pertrechado de protecciones especiales para soportar tanto hedor.
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