13 jun 2011

España, tumba de la verdad.





Si existiera el índice mentira/verdad de los medios de comunicación mayoritarios de un país, en España sería de los más altos del mundo. La irrealidad que nos presentan los medios de masas y los políticos profesionales es tan edulcorada, que es más propia de un fumadero de opio afgano o de un local de trasiego de ajenjo parisino.

La verdad, que desde fuera de Hispanistán nos cerca cada día más, con los tanques y tropas de infanteria ya merodeando nuestras fronteras, nos va a salir muy cara si la clavan en la puerta del Congreso los ejércitos económicos extranjeros. Están en su derecho: España vive y se mantiene gracias a estar conectada a la respiración artificial del crédito exterior masivo.

Sólo un cambio radical de la situación política, esto es, la caída de este Régimen que se sostiene en la mentira, mediante la difusión masiva de la verdad política, puede salvar a los españoles de largos años de postración política y por tanto económica.

Sólo mediante la conquista de la libertad política, instaurando la verdad política de una auténtica democracia, una República Constitucional, basada en la separación de poderes y representación real de los electores, pueden instaurar la VERDAD como eje de la vida política, económica, social y cultura de España.

La verdad es revolucionaria cuando la mentira todo lo impregna.

La verdad en España es hoy es bien más escaso, la más extraña materia, el expediente más oculto, la revelación de Garganta Profunda, ya que su desvelamiento conllevaría la caída inmediata del actual Régimen. Pero la situación es tan delicada, la desproporción es tan enorme, que la verdad, que siempre habita en capas de la sociedad civil, no puede mantener por más tiempo un sistema corrupto donde reina la mentira. Hoy día, la mentira es el peor negocio económico.

Por eso es deber y obligación de cada español, por simple supervivencia, el descubrimiento y conquista de la verdad. De todas las categorías de verdad, la más importante en estos momentos es la verdad política.

No hay comentarios: