15 nov 2012
Euforia pagana.
Loreen surfeando sufí en un mundo agónico que rebotará en su verdad más profunda, en sus pilares primeros y últimos, en la vieja y eterna guardia. La columna pagana, la verdadera patria del hombre, su arcadia presocrática, el siglo sexto antes de aquello.
A la civilización no la salva, finalmente un pelotón de soldados. La salvan un cosmos de hombres y mujeres con entusiasmo que retornan a las fuentes y disuelven las estructuras superpuestas.
Pero el descenso es más peligroso que la subida, es la batalla más heroica. La subida se hace con el sufflé tecnológico, con el ruido y el furia del mundo lineal. Si.. Pero ¿quién carga contra los farallones de las religiones institucionalizadas, con los leviatanes estatales?. El hombre libre y verdadero, destilación de un mundo mentira y muerto, milagro y consecuencia directa del final, periódico, de los tiempos.
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