Botín de mi última razzia literaria en vivienda cristiana, la novela del expublicista americano John Verdon, Sé lo que estás pensando, ha rendido armas ante el avance incontestable de mis acometidas lectoras.
Por cierto, algún día alguien de las editoriales y distribuidoras habrá de explicar al depredador español - tanto de libros como de filmes - el por qué del cambio radical en los títulos al traducirlos al castellano. Siempre tengo la sensación, la desagradable sospecha que se produce una especie de adecuación a la aparente estulticia y cultura roma del viandante consetudinario de la rúa. O sea, que somos más tontos. Y si no a qué viene cambiar de Think of a number (Piensa en un número) a Sé lo que estás pensando, como si eso de pensar y encima en un número fuera harto incomprensible, mientras que saber lo que piensa un ibérico se sitúa más en el rango de lo posible y lo vendible.
Bueno, se trata de una novela negra que engancha bastante rápido, bastante bien construida, con unos personajes que tienen unas simas psicológicas, sobre todo el protagonista principal, el detective de primer nivel Dave Gurney, que enriquecen mucho la trama.
La acción es trepidante y es bastante creíble, aunque el eje principal de la novela sea un serial killer bastante increíble y que caiga algo en el manido perfil de hombre de mediana con trauma infantil y.., this is to say, el prototipo de psicópata que podemos ver en la primera entrega de El silencio de los corderos, for example.
El misterio que rodea al modus operandi de los crímenes hace que el lector se enganche a la historia, ya que lo alambicado e inverosímil del proceder - que ralla lo cómico y esperpéntico en algunos momentos - hace que se apodere de él una sensación de incomodidad - la misma que tiene Gurnie y el resto de la Policía - proveniente de lo ilógico de todo el asunto y de la sensación de que el asesino se está burlando de todo el mundo, incluido del lector.
Hay está la clave,I think, del filtro de amor literario que se destila a lo largo de las páginas del libro. Una buena receta, excelente fórmula química.
Por cierto, acerté parte del misterio antes de serme revelado en las postrimerías del libro. Eso contribuye a que me haya gustado el libro...Sí, la vanidad humana, otro elemento a tener siempre en cuenta.
En fin, que me ha gustado bastante, teniendo en cuenta que se trata de la primera novela de este escritor norteamericano, habitante de los Catskills del estado de Nueva York, que es donde se desarrolla la mayor parte de la trama. Le doy un 7,5.
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