30 may 2012
27 may 2012
Estados Unidos de Europa
Europa, una tarea inacaba, es un libro de Antonio Sánchez-Gijón, editado en 1975 por Planeta. En él se describe la historia, hasta ese momento, de la unificación europea, desde sus comienzos puramente económicos, con la creación de la CECA, unión del Carbón y el Acero, hasta la creación de las instituciones políticas, como el Consejo y la Comisión.
Se hace un recorrido de todas las vicisitudes, requiebros, frenazos, cortapisas que ha tenido el proceso de construcción europeo, siempre tutelado, en mayor o menor medida, por los intereses y aspiraciones, por el modo de verse en el mundo, de potencias como Francia y Reino Unido, y en menor medida Alemania.
Pero lo interesante de este libro no es el proceso conocido, triunfante y poseedor de parking privado en las burocracias europeas, sino los intentos decididos, desde los años 20, por una auténtica unión política europea, con todas las consecuencias, en todos los ámbitos y renunciando a la soberanía nacional de los estados.
La creación de un estado y nación europeos, el nacimiento de unos Estados Unidos de Europa, unidos según una estructura federal. Si bien es cierto que se han dado grandes avances, como la creación de la moneda única y de instituciones como el BCE, no se ha avanzado definitivamente en la cesión definitiva de las soberanías nacionales a una unidad política, con todas las consecuencias.
En un mundo global con grandes bloques emergentes, como China, India, Brasil ó Rusia (BRIC), Europa no puede competir en igual de condiciones sin la coordinación de todos sus recursos y el talento de sus ciudadanos, abiertos a una economía global. Europa debería recuperar el espíritu de los precursores iniciales, gente como Jean Monnet, Dennis de Rougemont o Richard Coudenhove-Kalergi, fundador del Movimiento Paneuropa. Gente como los españoles Salvador de Madariaga, Ortega y Gasset o el ministro José Larraz.
Europa con todas las consecuencias, Europa para librarnos de los impuestos abusivos que imponen las castas nacionales y/o monarquías decadentes. No tenemos un Mayflower ni somos las colonias americanas, pero estamos más allá del Oceáno de la prosperidad y no reconocemos más rey que la Libertad. Libertad política, libertad económica, libertad individual.
España debería echarse otra vez al mar para descubrir otra vez América, ahora no la física, la geográfica, sino la política. Los Estados Unidos de Europa.
Hacia los Estados Unidos de Europa
La creación de un estado y nación europeos, el nacimiento de unos Estados Unidos de Europa, unidos según una estructura federal. Si bien es cierto que se han dado grandes avances, como la creación de la moneda única y de instituciones como el BCE, no se ha avanzado definitivamente en la cesión definitiva de las soberanías nacionales a una unidad política, con todas las consecuencias.
En un mundo global con grandes bloques emergentes, como China, India, Brasil ó Rusia (BRIC), Europa no puede competir en igual de condiciones sin la coordinación de todos sus recursos y el talento de sus ciudadanos, abiertos a una economía global. Europa debería recuperar el espíritu de los precursores iniciales, gente como Jean Monnet, Dennis de Rougemont o Richard Coudenhove-Kalergi, fundador del Movimiento Paneuropa. Gente como los españoles Salvador de Madariaga, Ortega y Gasset o el ministro José Larraz.
Europa con todas las consecuencias, Europa para librarnos de los impuestos abusivos que imponen las castas nacionales y/o monarquías decadentes. No tenemos un Mayflower ni somos las colonias americanas, pero estamos más allá del Oceáno de la prosperidad y no reconocemos más rey que la Libertad. Libertad política, libertad económica, libertad individual.
España debería echarse otra vez al mar para descubrir otra vez América, ahora no la física, la geográfica, sino la política. Los Estados Unidos de Europa.
Hacia los Estados Unidos de Europa
26 may 2012
23 may 2012
19 may 2012
Anatomía de un instante.
Anatomía de un instante, de Javier Cercas, me atrapó hace unas horas - según la física moderna - pero me sumergió en una vorágine de varios años que configuraron la transición española, toda ella orbitando alrededor del asalto al Congreso del teniente coronel Tejero, el 23 de Febrero del 81.
He salido conmovido, cabreado, asombrado, y diría hasta contusionado - como un Gutierrez Mellado zarandeano por la benemérita - de este viaje apasionante por los acontecimientos y personajes de aquella época convulsa.
A partir de ese instante, concretamente de la soledad de Adolfo Suárez, sólo en unos estrados abandonados de verticalidad, el autor despliega círculos concéntricos que se extienden en la horizontalidad, abandonando ese momento hiptónico de Suárez ante la incertidumbre del estruendo de las balas.
En ese instante, como en todos, se condensan, se condensan, confluyen múltiples procesos, inteseres, tramas, deseos, recuerdos. Si en ámbito personal esto es cierto, en el ámbito político, en un momento como aquél, en donde la dictadura daba pasos lampedusianos hacia una democracia de bajo nivel, y donde las ambiciones, pasiones, intereses de grupos dejaban de estar canalizados por rutas establecidas por un régimen de hierro, aún más. La teoría del caos actuando a toda máquina.
Pequeños cañales por donde tenían que circular inmensas cantidadesd de agua estaban sustituyendo a la gran tubería central monocorde. El peligro de desbordamientos, atascos, humedades, inundaciones era evidente.
El 23F como un intento de corrección de la democracia, del proceso del Estado de las Autonomías que estaba desbocado (según una mayoría política), la galopante crisis económica, el terrorismo salvaje de ETA...todo ello causado en última instancia, según una mayoría política presente en el hemiciclo, por la incompetencia, incultura, cabezoneria y ambición de Adolfo Suárez.
El 23F como una conjura de todos los partidos, incluida la UCD, y con el visto bueno del Rey, para echar a Suárez e instaurar un gobierno de concentración nacional, dirigido por un militar - a la sazón, Alfonso Armada - para salvar a la patria en esos momentos de grave dificultad.
Una conjura de necios demócratas que se confabulan con métodos antidemocráticos para defenestrar al presidente de una democracia fragilísima. La cosa adquiere tintes aún más siniestros habia cuenta de que ya habían conseguido la dimisión de Suárez, y se estaba votando la investidura de Calvo-Sotelo, un hombre con dos doctorados y de altísima cultura, un hombre al que no se podía reprochar ser un arribista, un inculto contumaz, un falsario, traidor, un mago de las relaciones personales y de la seducción que decía a todo el mundo lo que quería oir.
Los partidos políticos quisieron, y lo consiguieron, configurar adecuadamente las reglas de la partitocracia, ajustar su funcionamiento para uso y disfrute de la casta parasitaria, con métodos coercitivos. En ausencia total de sociedad civil o de partidos políticos que no quisieran entrar orgánicamente en el estado, los partidos estatales acomodaron sus tripas y bajos vientres al mullido de los sillones y las moquetas, conocidas muy de cerca en su verticalidad antibalística.
De toda la historia de traiciones, ambiciones, mentiras, verdades dentro de mentiras, medias verdades, emerge una figura llena de claroscuros que enebra todas las tramas y que enerva y enervó a todos los actores políticos de la época: Adolfo Suárez.
Sí, un inculto, un camaleón, un trapacero, un arribista sin escrúpulos, un orador pésimo, un chusquero, un recadero del Movimiento. Pero un hombre que se creyó la dignidad del presidente del gobierno y que creía en la constitución más que nadie, llena de defectos, pero nacida de la voladura del franquismo.
Hay una frase conmovedora en el libro (hay muchas), y es 24F, en el Consejo de Ministros con el Rey y ante la plana mayor del ejército, una vez conocida la implicación de Alfonso Armada en todo aquello, Suárez ordena su detención, el gerifalte mira al Rey buscando su consentimiento, a lo que Suárez responde con un "No mire al Rey, míreme a mí".
Hay otra frase que creo encierra la clave de aquello y mucho de lo ocurrido en aquellos años. Está al final del libro y la pronuncia el propio padre moribundo de Cercas ante la pregunta de su hijo de por qué había apoyado a Suárez. "Porque era como nosotros".
Es decir, arribista, tramposa, camaleónica, inculta, como la gran mayoría de la sociedad española sometida a una dictadura, económica, cultural, política, corrupción basal, que negaba toda libertad y que no tenía otra oportunidad de medro a las altas esferas que esos comportamientos.
Suárez quiso ser sociedad civil, un agente de la sociedad civil en medio de la olla podrida de la cloaca política madrileña, lleno él mismo de corrupción, por su ascensión, mostrando a una inexistente sociedad civil los pecados del sistema.
Intolerable.
Un libro apasionante, cautivador. Lo recomiento y le doy un 9.
17 may 2012
Antonio Garrigues Walker.
"Sin ética no hay futuro"
Yo soy el camino, la Verdad y la Vida. (Jn 14,6-14)
"La sociedad civil española es una asignatura pendiente que todos tenemos"
9 may 2012
Oceános de corrupción.
Foto: Oceános de corrupción, grandes risas, gran charlotada
Oceános de corrupción, demagogia, dogmatismos y ignorancia voluntaria invaden Europa, siendo España una de sus principales orillas.
El Mare Nostrum ha pasado a ser un mar podrido y fétido que atenta contra el sentido común, las leyes de las Matemáticas y los principios elementales de la ética.
El mar que vino nacer el armazón de estos conceptos, tiene que ver en sus orillas un tropel de homínidos en tropelía desatada, unas mafias galopantes nutridas de la verdad arrebatada, unos políticos vendidos al mercadeo tabernáculo, unos tráficos de influencia que ríete tú de las grandes autopistas de las telecomunicaciones.
Europa ha vivido bajo un régimen cuasitotalitario desde la Segunda Guerra Mundial, absolutamente postrada ante los intereses americanos y ante la libertad de sus hombres y mujeres, asegurada por un sistema político casidemocrático. Mejor para ellos y peor para nosotros por no desembarazarnos de unas estructuras políticas impuestas a un continente vencido.
Hombres despreciables, el summun de la mediocridad, alzados por obra y gracia de los partidos estatales, a las más altas cotas de responsabilidad. Pero qué locura es esta?.
Qué daño terrible han hecho a Europa las dos guerras mundiales, innoculándonos en vena el miedo supremo a la autoridad.
La autoridad. Oh, ah, uh.
La verdadera autoridad proviene de la auctoritas, esa que nace de la virtud del hombre justo y que se refleja en sus actos. No la autoridad que baja milagrosamente del cielo, no la autoridad que emerge por gracia de Dios de un mar de sangre, no la autoridad que se reencarna en el miedo, no la autoridad que se hereda por vía hemofílica y borbónica herencia, no la autoridad que se fundamenta en la mentira y aleja todo lo que de verdad y vida pueda haber a su alrededor.
Ver las noticias da risa. Y pena. Y podría dar miedo. Pero no. Lo que da fundamentalmente es risa, mucha risa. Porque no me dirán ustedes que no es para jartarse de reir con lo de la Aurora Dorada, que es de aurora boreal.
Creo que quieren exterminarnos a carcajadas, fallecer de baile de san vito nervioso ante tanta película mala de terror que se adentra, millas, en los territorios de lo cómico. Javier Arenas, Elena Valenciano, Rubalcaba, El Rey ...por favor, parad.
Quería seguir con este artículo, iba a decir algo realmente brillante, pero mejor sigue tú, que a mí me da la risa...
Ah sí, que iba a decir que cómo Europa se descuide un poco vamos a acabar todos -menos Alemania- en el zoo de Berlín, delirando por las drogas. La peor, la mentira.
La mejor, la verdad.
6 may 2012
Movimiento 5 Estrellas, Italia. El hervidero griego.
Algo profundo se está moviendo en Europa. No, no tiene nada que ver con el triunfo esta noche de Hollande en Francia; no, no tiene nada que ver con la fiesta en la plaza de La Bastilla de los socialistas francesas, una plaza que representa un acto bochornoso dentro de la Revolución germen de los totalitarismos que arrasarían posteriormente Europa. La Revolución Francesa, esa gran farsa, ese juego de trileros.
El fin de bipartidismo en Grecia.
Las reglas no escritas para triunfar en...
Bajo el anglosajón título, con ribetes y kilombos argentinos, de "Las reglas no escritas para triunfar en la empresa Informática Profesional - Técnicas efectivas para la gestión de proyectos y equipos", se presenta el interesante libro de Roberto Canales Mora, fundador de la empresa Autentia y del site www.aditosaltrabajo.com.
Se trata de un libro que incide en la intrahistoria del trabajo de los profesionales del mundo IT, aplicable tanto a desarrollo, sistemas o comunicaciones, a aquellas prácticas, usos y costumbres que encardinan, nutren o atormentan al atribulado profesional de este sector tan demandado, tan nuevo, tan desconocido y tan apasionante, que está, por todo lo anterior, lleno de luces y sombras.
Está muy bien leer sobre situaciones que uno ha vivido, rodeado de estereotipos que efectivamente se encarnan en personas de carne y hueso por obra y gracia de una "superestructura" (con acento argentino) empresarial, educativa y sociá.
Lectura muy recomendable porque uno aprende de situaciones nuevas, asimismo, que no ha vivido, pero que son perfectamente proyectables desde nuestro ser en el aquí y ahora, usando una especie de viaje astral que bla,bla,bla.
El libro rezuma sabiduría práctica y buenas costumbres en habilidades directivas y de comunicación, cosa que no tiene cabida alguna en el actual sistema educativo, algo totalmente incomprensible y que agranda la leyenda de la contumaz estulticia de los responsables políticos.
Es un tocho respetable, quinientas páginas; eso sí, algunas de ellas vienen en formato cómic que te permiten visualizar, más si cabe, las múltiples sutilezas que el texto perfila. Pero es una extensión adecuada, máxime si se hace un recorrido rigoroso por las múltiples facetas, habilidades y conocimientos, de la profesión IT.
Lo recomiendo, y le doy un 8.
Se trata de un libro que incide en la intrahistoria del trabajo de los profesionales del mundo IT, aplicable tanto a desarrollo, sistemas o comunicaciones, a aquellas prácticas, usos y costumbres que encardinan, nutren o atormentan al atribulado profesional de este sector tan demandado, tan nuevo, tan desconocido y tan apasionante, que está, por todo lo anterior, lleno de luces y sombras.
Está muy bien leer sobre situaciones que uno ha vivido, rodeado de estereotipos que efectivamente se encarnan en personas de carne y hueso por obra y gracia de una "superestructura" (con acento argentino) empresarial, educativa y sociá.
Lectura muy recomendable porque uno aprende de situaciones nuevas, asimismo, que no ha vivido, pero que son perfectamente proyectables desde nuestro ser en el aquí y ahora, usando una especie de viaje astral que bla,bla,bla.
El libro rezuma sabiduría práctica y buenas costumbres en habilidades directivas y de comunicación, cosa que no tiene cabida alguna en el actual sistema educativo, algo totalmente incomprensible y que agranda la leyenda de la contumaz estulticia de los responsables políticos.
Es un tocho respetable, quinientas páginas; eso sí, algunas de ellas vienen en formato cómic que te permiten visualizar, más si cabe, las múltiples sutilezas que el texto perfila. Pero es una extensión adecuada, máxime si se hace un recorrido rigoroso por las múltiples facetas, habilidades y conocimientos, de la profesión IT.
Lo recomiendo, y le doy un 8.
5 may 2012
4 may 2012
El urdangarín y el mar.
Con el régimen juancarlista en descomposición, herido como un elefante lanceado, no son pocos los que aprovechan la debilidad paquidermal para pegarle dentelladas a las patas magras. Argentina con YPF, Bolivia con REE... Es ley de vida: los carroñeros siempre esperan al momento adecuado para despezadar los osarios, lo que antes no osarían, porque no hay ovarios, suficientes, en Rosario, (Argentina).
Urdangarín pidiendo llegar a un acuerdo - devolviendo una pequeña parte de lo saqueado - para no ir a prisión, sabedor de la necesidad imperiosa de euros que tiene la hacienda pública. Da igual si esos euros han sido previamente robados, estafados, manchados con sangre o macerados en bourbon. Hay que ver a este petimetre, a ese pisaverde de pitimiti cuando afirmaba con voz queda que él había ejercido su papel institucional en Noós. Y éste es, efectivamente, el quiz del asunto: que las instituciones nos roban.
Las instituciones, esa cosa que infunde susto atávico al español, es esa masa viscosa de partidos políticos, banqueros y empresas medioprivatizadas conchabados todos en esta monarquía africanista de corte bananero.
"Mi hermano", llama Juan Carlos al sátrapa del sur. No a Griñán, sino a Mohammed. "Mi hermano" llamaba con tufo de título nobiliario Alfonso Guerra a su efectivamente hermano. Es la tierra del "cuñadísimo", del "hermanísimo" y por supuesto, del "yernísimo".
Qué espectáculo estamos viviendo. Si no fuera tan trágico, sería asunto de mucha risa. Pero es de muchos lloros, ya que nos caen encima los cascotes (y las consecuencias de casquetes) de este régimen en colapso total.
El urdangarinato es la fase terminal de este sistema coronado por el latrocinio. Es la situación del bañista que se tira al mar cuando se ha retirado la ola. Cuando había abundancia, pues no se notaba. Era lo habitual, el pan nuestro de todos los días, el robo elegante de trajecito y sobones sobaos de sonrisa superpuesta, pensó Urdangarín.
Pues no dirán ustedes que no es mala suerte que uno se tire el mar y se retire, no la ola, sino toda la mar oceána, en ese trance fantasmal que precede a la irrupción del tsumani. Un tsunami provocado, precisamente, por el baño de la barahunta de bañistas, loros y elefantes, de todo el Estado español vendiendo las jojoyas de la abuela y el virgo de la niña, quicir, el suelo.
Suelo, polvo, arcilla y ladrillo. El Estado, como un dios creador enloquecido, creó una riqueza devorándose a sí mismo, cual pelícano arrancándose el pecho para nutrir con su sangre a sus incrustadas sanguijuelas. El Estado, gordo como puerco capado, fue a remojar sus carnes en la Benidorm hortera de casino de inversión. El Estado, más propiamente esa cosa nostra formada por partidos, sindicatos, banca y empresas amigas, ofreció sus rollizas carnes apoyada en el quicio de la manceria a todo aquel inversor que quisiera, y vaya que si querían: el piso español, esa secrección cuasimafiosa del régimen era el producto más rentable del mundo. No productos industriales, como las bragas de cuello vuelto o los yelmos de Mambrino, sino el pizo ponzi-ano.
Urdangarín, regio representante del petimetre común, tipo de pajarico que se aprovecha de la ignorancia del pueblo español, de su proverbial miedo a la autoridad, de su apego a lo sobrenatural,
de admirar la valentía ajena, de su mitomanía, es sólo otro más. Otro más que se aprovecha de los inmensos espacios de libertad no ocupados por la sociedad civil.
La libertad hay que ganarla. No comulgar, jamás, con ruedas de molino ni con monarquías sobrenaturales.
Viva la República Constitucional! Viva España!
Urdangarín pidiendo llegar a un acuerdo - devolviendo una pequeña parte de lo saqueado - para no ir a prisión, sabedor de la necesidad imperiosa de euros que tiene la hacienda pública. Da igual si esos euros han sido previamente robados, estafados, manchados con sangre o macerados en bourbon. Hay que ver a este petimetre, a ese pisaverde de pitimiti cuando afirmaba con voz queda que él había ejercido su papel institucional en Noós. Y éste es, efectivamente, el quiz del asunto: que las instituciones nos roban.
Las instituciones, esa cosa que infunde susto atávico al español, es esa masa viscosa de partidos políticos, banqueros y empresas medioprivatizadas conchabados todos en esta monarquía africanista de corte bananero.
"Mi hermano", llama Juan Carlos al sátrapa del sur. No a Griñán, sino a Mohammed. "Mi hermano" llamaba con tufo de título nobiliario Alfonso Guerra a su efectivamente hermano. Es la tierra del "cuñadísimo", del "hermanísimo" y por supuesto, del "yernísimo".
Qué espectáculo estamos viviendo. Si no fuera tan trágico, sería asunto de mucha risa. Pero es de muchos lloros, ya que nos caen encima los cascotes (y las consecuencias de casquetes) de este régimen en colapso total.
El urdangarinato es la fase terminal de este sistema coronado por el latrocinio. Es la situación del bañista que se tira al mar cuando se ha retirado la ola. Cuando había abundancia, pues no se notaba. Era lo habitual, el pan nuestro de todos los días, el robo elegante de trajecito y sobones sobaos de sonrisa superpuesta, pensó Urdangarín.
Pues no dirán ustedes que no es mala suerte que uno se tire el mar y se retire, no la ola, sino toda la mar oceána, en ese trance fantasmal que precede a la irrupción del tsumani. Un tsunami provocado, precisamente, por el baño de la barahunta de bañistas, loros y elefantes, de todo el Estado español vendiendo las jojoyas de la abuela y el virgo de la niña, quicir, el suelo.
Suelo, polvo, arcilla y ladrillo. El Estado, como un dios creador enloquecido, creó una riqueza devorándose a sí mismo, cual pelícano arrancándose el pecho para nutrir con su sangre a sus incrustadas sanguijuelas. El Estado, gordo como puerco capado, fue a remojar sus carnes en la Benidorm hortera de casino de inversión. El Estado, más propiamente esa cosa nostra formada por partidos, sindicatos, banca y empresas amigas, ofreció sus rollizas carnes apoyada en el quicio de la manceria a todo aquel inversor que quisiera, y vaya que si querían: el piso español, esa secrección cuasimafiosa del régimen era el producto más rentable del mundo. No productos industriales, como las bragas de cuello vuelto o los yelmos de Mambrino, sino el pizo ponzi-ano.
Urdangarín, regio representante del petimetre común, tipo de pajarico que se aprovecha de la ignorancia del pueblo español, de su proverbial miedo a la autoridad, de su apego a lo sobrenatural,
de admirar la valentía ajena, de su mitomanía, es sólo otro más. Otro más que se aprovecha de los inmensos espacios de libertad no ocupados por la sociedad civil.
La libertad hay que ganarla. No comulgar, jamás, con ruedas de molino ni con monarquías sobrenaturales.
Viva la República Constitucional! Viva España!
3 may 2012
The Alexandria link
En una pila inestable de libros esperaba que le diera buena cuenta. Se trataba de La conexión Alejandría, una novela de un abogado y escritor americano llamado Steve Berry del que no había oído hablar. Ni siquiera sé a ciencia cierta de dónde, en qué piedra, en qué río, apareció, se generó espontáneamente este libro.
Su digestión ha sido una experiencia demoledora de la cual aún me estoy recuperando. Me doy baños de aguas amargas y una fornida monja me atiza con una rama de laurel para que olvide tal truño ultramarino.
Steve Berry ha urdido una historia de susto y misterio alrededor de la controvertida teoría de Kamal_Salibi que afirma que los antiguos territorios de Israel - antes de la creación de Estado moderno - no se hallarian en Palestina sino nada menos que en el occidente de Arabía Saudí, cerca, muy cerca, de la ciudad de La Meca. Imagínese el lector/a las implicaciones vitales para el viandante de la rúa de tal revelación. Bueno, en serio, esta teoría es interesante, plantea preguntas ante la escasez de registros arqueológicos de la Israel palestina del Antiguo Testamento - ese totum revolutum - y escarba en los siglos de gestación de esas maquinarias de manipulación y modelado de sociedades que han sido las religiones.
Lo que no está tan bien, al contrario, es la historia manida de conspiración, ensalada de tiros sin vinagre de Jeré, amores tumultuosos y Órdenes del Vellocino de Oro. Bueno, a mitad de la novela, harto ya de descripciones de estampas uropeas con castillos, de marcas de coches y relojes, de salones "color pastel naranja y verde con lamparitas encendidas", he emprendido una carrera acelerada de salto de página a lo Sergey Bubka en busca de lo único aprovechable de la novela, esto es, la teoría de Salibi.
Es de agradecer que al final del libro, Berry, reconociera el núcleo de sus circunloquios.
Su digestión ha sido una experiencia demoledora de la cual aún me estoy recuperando. Me doy baños de aguas amargas y una fornida monja me atiza con una rama de laurel para que olvide tal truño ultramarino.
Steve Berry ha urdido una historia de susto y misterio alrededor de la controvertida teoría de Kamal_Salibi que afirma que los antiguos territorios de Israel - antes de la creación de Estado moderno - no se hallarian en Palestina sino nada menos que en el occidente de Arabía Saudí, cerca, muy cerca, de la ciudad de La Meca. Imagínese el lector/a las implicaciones vitales para el viandante de la rúa de tal revelación. Bueno, en serio, esta teoría es interesante, plantea preguntas ante la escasez de registros arqueológicos de la Israel palestina del Antiguo Testamento - ese totum revolutum - y escarba en los siglos de gestación de esas maquinarias de manipulación y modelado de sociedades que han sido las religiones.
Lo que no está tan bien, al contrario, es la historia manida de conspiración, ensalada de tiros sin vinagre de Jeré, amores tumultuosos y Órdenes del Vellocino de Oro. Bueno, a mitad de la novela, harto ya de descripciones de estampas uropeas con castillos, de marcas de coches y relojes, de salones "color pastel naranja y verde con lamparitas encendidas", he emprendido una carrera acelerada de salto de página a lo Sergey Bubka en busca de lo único aprovechable de la novela, esto es, la teoría de Salibi.
Es de agradecer que al final del libro, Berry, reconociera el núcleo de sus circunloquios.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)