29 sept 2007

Hojas de Ruta


La “hoja de ruta” de Ibarretxe está clara, sus hitos marcados y la temporalidad definida. Consulta popular el 25 de Octubre del próximo año y convocatoria de elecciones autonómicas sea cual sea el resultado. Para el segundo semestre de 2010 plantea un posible “referéndum resolutivo”, como meta final de su particular ruta.

Sin embargo, este proceso, nacido en el seno del actual sistema de partidos, en una de las esquinas del reparto, va a afectar, como no podía ser de otra manera, a la totalidad del mismo, ejerciendo un papel fundamental en las elecciones generales de Marzo del año que viene. No es difícil imaginar que la propuesta de Ibarretxe, junto con las ofertas en manera de vivienda para los jóvenes, van a ocupar el centro de todas las agendas y programas.

El referéndum, no vinculante, y que según De la Vega será legal si cumple con ciertas condiciones, es un toro para el sistema de partidos que cada uno toreará según convenga. En el PSOE ya se atisba una postura ambigua que alcance a amortiguar las pretensiones nacionalistas y que le permita pactar con los nacionalistas tras las generales, intentando firmar unas condiciones de dicha consulta que los nacionalistas, de momento en una posición maximalista, no van a poder aceptar. De alguna forma, la propuesta de Ibarretxe es una propuesta de pacto postelectoral envenenado con el PSOE.

El PP ya asumido rápidamente el papel de defensor de la unidad nacional, y de paso se ha sacado de la manga, en dos tardes, un plan de vivienda para igualar a la socialista. Puede ser el Partido Popular el gran beneficiado de los efectos de la propuesta de consulta, y una victoria electoral le puede caer del cielo como le ocurrió al PSOE en el 2004.

Sin embargo, una gran parte del sufrido electorado, puedo no haber olvidado las tropelías cometidas por los populares, que sumadas al lamentable espectáculo de coros y danzas ambiguo socialista que se avecina, puede acudir angustiada a la abstención o a los nuevos partidos creados, Ciutadans o UPD, con la esperanza de encontrar una bocanada de oxígeno.

Si bien estos partidos cuentan en a su favor haber nacido como reacción a la mostrenca partitocracia, se han integrado en ella aunque de momento es pronto para dilucidar su grado de adhesión a la decadente estructura.

No obstante, el voto abstencionista o hacia estos partidos, no dejará de ser un voto de castigo ante el espectáculo dantesco representado por la clase política.

Sólo una visión abstencionaria, como la promovida por el MCRC, que preñe la supuesta vacuidad que popularmente se ve en un voto de abstención con una propuesta de Referéndum sobre la forma de Estado, puede hacer fluir de forma masiva los votos hacia umbrales suficientes.

En estos momentos, la creación de una plataforma formada por los nuevos partidos – cuasilibres del pecado original - sobre las bases teóricas del MCRC y la República Constitucional, a semejanza de la Junta Democrática en la llamada Transición, apostando por un proceso y Referéndum Constituyente, tendría una trascendencia fundamental.

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