Hoy son noticia la 62 Asamblea General de la ONU, el toque de queda en Birmania, la aprobación por parte de la ONU de presencia policial-militar en Darfur y las declaraciones de Bush pidiendo “lucha contra la tiranía” y de Sarkozy pidiendo “firmeza ante Irán”.
De entre todas las noticias, y para adentrarnos en la interdependencia mundial que sobre dos grandes temas se teje, a saber: el enfrentamiento geopolítico cada vez mayor entre Estados Unidos y el gigante Chino y la Crisis Energética aderezada, empezaré por los últimos acontecimientos en Birmania.
Para que China continúe creciendo al vertiginoso ritmo que lo está haciendo, y supere finalmente a Estados Unidos como primera potencia económica (y militar) del mundo, necesita imperiosamente un creciente suministro energético, y eso, a día de hoy se llama petróleo. China necesita ingentes cantidades de energía en forma de petróleo, gas y carbón para asegurar el crecimiento y sufragar el ambicioso plan de energía nuclear que ha diseñado hasta el año 2020. Así pues, un incremento de la cantidad de energías fósiles que llegan en estos momentos a China es condición sine qua non para que el gigante asiático acceda finalmente a la supremacía mundial.
Pero Estados Unidos no se lo va a poner fácil, y eso, en una economía capitalista de mercado puede ser bueno, porque obligará al motor chino a tirar de manera síncrona de toda la economía mundial. Sin embargo, no creo que Estados Unidos ceda el testigo sin más a China y aproveche su privilegiada posición actual para sincronizar el crecimiento chino con el crecimiento mundial, un mundo hasta ahora bajo la tutela americana.
Eso sería lo mejor para todos: un gobierno norteamericano, casi necesariamente demócrata, que aprovechase el último tramo de la hegemonía norteamericana para este fin, orientar y fijar el crecimiento y desarrollo chino al desarrollo equilibrado mundial. Sin embargo, los últimos acontecimientos nos revelan que no es el caso: detrás de las noticias de Birmania está el omnipresente petróleo.
China, en su plan de incremento energético, en su etapa prenuclear, apuesta por la construcción de oleoductos y gasoductos que aseguren la recepción de forma segura desde los yacimientos de Oriente Medio y África principalmente. En China, las refinerías y las estaciones de reparto al interior del país se concentran en su costa, en el Mar de China, por lo que los petroleros chinos deben atravesar de forma masiva el estrecho de Malaca, muy inseguro y cuya seguridad “está garantizada por la marina norteamericana”. Además, dicho estrecho está infectado de piratas que perpetran una media de 80 ataques al año contra grandes cargueros....
Por ello, diversos estudios chinos han llegado a la conclusión de la conveniencia de construir un gran oleoducto que desde las costas de Birmania lleve el petróleo desembarcado hasta China, evitando Malaca, aprovechando además para extraer y transportar el gas birmano del rico campo de Arakán. Además de este gran oleoducto-gasoducto, China tiene proyectados otros desde Irán pasando por Pakistán, así como otros de menor importancia en Tailandia, Vietnam e India.
En realidad la presencia de las tropas occidentales en Afganistán y su afán por reconstruir el país y “que no vuelvan los talibanes” esconden la intención de desviar el virtual rumbo de los hipotéticos oleoductos de oeste a este, es decir, desde el Caspio desde Irán o Turkmenistán a China al nuevo rumbo norte-sur, para suministro occidental. La región de Herat, al noroeste de Afganistán, y lugar de paso del oleoducto de Unocal, es una de las piezas más importantes en “El gran juego”. En realidad, Occidente está allí no tanto para que no vuelvan los talibanes ni para defender la dignidad de la mujer afgana, sino para que no lleguen los chinos.
El cambio climático, y la necesidad de reducción de gases fijada en Kyoto, es otro frente abierto en la guerra energética chino-americana. Ninguno de los dos países ha firmado Kyoto, pero apuesto a que en las cercanías de dicho muro, Estados Unidos lo firmará y usará Kyoto para presionar a China con toda la comunidad internacional detrás, tratando de evitar que el gigante chino llegue a su particular salvación y paraíso de energía nuclear.
Kyoto se convertirá para China en otro “estrecho controlado por los americanos” como lo es el de Malaca, ese que pretender evitar los chinos con su plan birmano.
No hay que olvidar, además, el papel de Rusia en estos movimientos globales, porque está ayudando tecnológicamente a países como Irán, y las mismas China y Birmania en el desarrollo de energía nuclear, energía antipática para Estados Unidos, que la identifica rápidamente con armamento nuclear, y que denota su preocupación por el desarrollo de un tipo de energía no tan moldeable ni tan controlable para sus objetivos geoestratégicos.
Incluso detrás de Darfur se sitúan las tensiones energéticas como consecuencias del papel cada vez más relevante de China en el continente africano. Estados Unidos pretende acorralar energéticamente a China, entorpeciendo sus soluciones, tanto en los yacimientos de abastecimiento chino como en sus rutas de tránsito, con el peligro de tensar demasiado la cuerda que sujeta al dragón asiático y que puede hacer que se revuelva como un jabalí. Parece que a Estados Unidos no le basta con la posición de privilegio que tendría en el mundo multilateral de bloques con China como primera potencia.
3 comentarios:
Querido Francisco:
Hace tiempo que no visitaba tu rincón. Veo que estás prestando atención al panorama exterior. Incluso el otro día mencionaste el tema 11S. No quise tratar el tema en el blog de Antonio, pero creo que comparto tu punto de vista. El 11 de septiembre fue un trabajo interno, el Gobierno está implicado.
Respecto a lo del petroleo, tu lo has dicho, es la clave para entender la política mundial hoy en día (desde hace ya tiempo). No me había parado a meditar el tema de Kyoto y USA. Fíjate que de entrada me parece totalmente coherente lo que dices de que podrían incluso firmar este año. Estas cosas se planean con antelación, y el hecho de que Al Gore lleve haciendo campaña por todo el mundo con su documental, que sí sale en los medios, desde hace un par de años puede ser un indicativo.
Objetivo Birmania, y alrededores, unos miles de km a la redonda. :\(
Magnífico análisis geopolítico.Sobre el 11S,mi madre,mientras veíamos arder las torres gemelas por tv me dijo,'eso está hecho a la americana,como en las películas...'.El asesino siempre deja su impronta en la manera de cometer el crímen.Lo de los aviones,y que me perdone el Islam,no se le ocurre a un moro ni 'jarto' grifa.
La verdad es que creo que tenemos investigación sobre el 11S para todo el siglo que entra...
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