19 oct 2007

El pozo y el poder.



El poder es energía canalizada; potencia con control por unidad de tiempo.

No puede haber democracia verdadera en la actual configuración del sistema económico, que tiene el más profundo origen de la inicitiva legislativa en la canalización de la energía que proviene de los combustibles fósiles. Los recientes premios Nobel de Economía de este año, han señalado la gran falacia que supone afirmar que en el capitalismo actual existe libre competencia, aunque ellos, americanos, lo digan con palabras más suaves; porque, no puede haber libre competencia cuando existe información privilegiada, cuando falla uno de los supuestos pilares de la mano invisible de Adam Smith: la información perfecta y recibida por todos los agentes de la sociedad.

La realidad económica, social y finalmente política se crea en torno a la canalización de dichas fuentes de energía, proceso controlado por un puñado de empresas que, emparentadas o participando directamente en empresas de los medios masivos de comunicación, forman el verdadero esqueleto de este capitalismo y de estas falsas democracias.

La información que se vierte sobre la sociedad civil es una broma, una mascarada, totalmente desfasada y muerta. Es contrainformación. Es información encauzada para formar una realidad virtual donde habitan las falsas democracias y los torpones partidos, dando palos de ciegos a una realidad incomprensible cuando se es una marioneta, un pelele.

Vivimos en un mundo aparte, vivimos en el pasado permanente, cuando el presente ocurre alrededor de la extracción del crudo y del gas en los pozos y en las subastas de los cargamentos en los barcos en alta mar. Ese es el presente, un presente donde habitan unas pocas decenas de miles de personas en este mundo, la gran mayoria en el primer mundo, algunos, manteniendo el nexo necesario de unión de la actual configuración del capitalismo con el feudalismo, como es el caso de Arabia Saudí.

Si Internet está consiguiendo democratizar el flujo de información, que antaño era información pudrida y pasada, emanando a destiempo de los pozos de petróleo y dando tiempo, creando información privilegiada, a los fáciles negocios oligárquicos, falta aún la segunda parte de esta revolución: la democratización de la energía.

No se trata de nacionalizar la energía, sino de privatizarla verdaderamente, privatizarla masivamente, esto es, apostar fuertemente por las energías renovables, personales y autonómas como un pilar sobre el que construir una democracia auténtica, sincronizándose la energía de dichas fuentes con la información que reciben los ciudadanos.

El retardo existente entre la extracción de la energía y la llegada de la información a la sociedad civil es fuente de nuestra tragedia, origen de Matrix.

Mirando la silueta de una estación de bombeo, uno se percata de la veracidad de las teorías conspirativas que afirman que existen un pacto secreto entre "algunas familias poderosas" y los aliens.

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