18 oct 2007

Maestro de ajedrez ruso.




La Gran Partida, que enfrentara al Imperio Británico con los poderes locales de gran parte de Asia, se vuelve a repetir ahora, se viene repitiendo desde hace tiempo, con los Estados Unidos.
En esta partida, en esta Guerra Energética, se suceden los éxitos y los fracasos de uno y de otro bando, y como si de un partido de tenis se tratase, la acción-reacción atraviesa las fronteras de esa región de Asia y se manifiesta en diferentes acontecimientos.

Estados Unidos ha empezado a utilizar la baza de budismo como caballo de Troya contra el poder ateo chino. Extraños compañeros de viaje para el cristianismo evangelista más rancio en su pentecostés petrolero, amistades selladas institucionalmente con la medalla de oro del Congreso impuesta al Dalai Lama por un perplejo Bush ante las indicaciones de sus validos y ante su creencia, tejana, visionaria y postalcohólica, que Dios es Uno,Trino, y americano.
Siempre podrán las futuras administraciones americanas apelar a la cuestión tibetana como factor desencadente de posibles hostilidades, siempre podrán sumarse a la causa de los bonzos hoy birmanos, mañana de cualquier otro país del sudeste asiático.

Pero la jornada petrolera de la semana la ya ganado Rusia, para perplejidad de los líderes americanos y chinos. Gran golpe de mano de Putin al potenciar una alianza de los países en torno al Mar Caspio, auténtico mar energético, para que sólo los paises ribereños, quien pudiera, puedan extraer los recursos del mismo. Autentica jugada de ajedrez digna del opositor Kasparov ante Putin; Rusia mata dos pájaros de un tiro: se acerca más a su aliado iraní y de paso se atrae a su esfera a Turkmenistán, dejando en entredicho la utilidad de las tropas occidentales en Afganistán y el circo altamente rocambolesco y electoral de Pakistán. Con el paso turkomano cerrado al salvador oleoducto, las tropas estacionadas en Afganistán no son útiles, por lo que podemos esperar próximos acontecimientos en Afganistán y en la zona. Se podría producir incluso un mágico viaje de Bin Laden, emulando al profeta Mahoma en su viaje aéreo de La Meca a Jerusalém, desde su cavernícola refugio a las costas turkomanas, aduciendo alguna obligada ablución.., seguido, como no, por una piara de marines.

Que la situación en el eje Turkmenistán-Afganistán-Pakistán es insostenible, se refleja hoy en el atentado contra Benazir Bhutto, que volvió ayer y hoy ha sufrido un brutal atentado, saliendo ilesa pero que ha costado la vida a casi 100 personas.
Y por último, reflejo de la pérdida de esta partida semanal por parte de los americanos, han sido las declaraciones de Bush amenazando con la III Guerra Mundial si Irán consigue el "arma nuclear" (o los lobbies americanos deciden que la ha conseguido).

Pero esta declaración, rayana en el histerismo hitleriano, es síntoma del miedo que siente la administración norteamericana ante un proceso que se está consolidando: la recuperación de Rusia como potencia importante, y lo que es más y realmente importante, como potencia energética capaz de suministrar los recursos necesarios a los dos gigantes chino e indio.
Si la conexión Rusia-China-India se llegase a consolidar, incluso si sólo fuese la ruso-china, Estados Unidos, y con ello la atolondrada Unión Europea, verían como sus oligarquías caerían en un nerviosismo de salón moderado, asomándose de vez en cuando a sus ventanas y pensando en la posibilidad de un despertar de la doblemente atolondrada sociedad civil occidental, que se cree que vive en libertad, que se cree que vive en democracia.

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