El castigo que nos infringen estos sacamantecas partitocráticos, tanto de MadriT como de Barcelona, es insufrible. Vaya panda de arrebatacapas y de tuercebotas políticos, con medios cintura que un huevo, con el único interés de defender su pequeña parcela de poder.
El Régimen que asola Cataluña es de la misma naturaleza que el de MadriT: un sistema partitocrático al servicio de una casta descastada y totalmente ajena a la sociedad civil, pero usa las herramientas propias de los régimenes pseudemocráticos en decadencia en clara transición al totalitarismo: un nacionalismo exarcebado que pretende tapar más de treinta años de corrupción al por mayor, una auténtica maquinaria institucional para delinquir y estafar, una mafia parasitaria que ha repartido pomada y adoctrinamiento durante décadas y que pretende ungir a los catalanes con una superioridad moral sobre el resto de los españoles: estos son tontos, parecen decir. Son ineficaces, vagos y corruptos.
Ni la primera, ni segunda ni tercera vía. ¿España federal?. Para unir algo, para federarse, hay que unir algo que está previamente separado, lo que no ha sido nunca el caso de España. ¿Reforma constitucional?, sí, pero total, con la apertura de un proceso constituyente donde se pregunte sobre monarquía y república y donde se establecen los mecanismos necesarios para la llegada de la democracia a España: separación de poderes y representatividad de los políticos.
Una vez aprobadas estas medidas, desaparecerían estos políticos que son capaces de romper un país, una patria, con tal de proteger su patrimonio. La pela es la pela. Alemania por encima de todo. La pela por encima de todo.
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