Los procesos que están convergiendo aumentan por días la inestabilidad del sistema, alejado ya eones de su punto de equilibrio mediático y pastoril. La revelación de que el anterior rey y Rajoy ofrecieron a Artur (rey Artur) de celebrar un segundo referendo a nivel nacional si triunfaba el sí en Cataluña es un síntoma de que el gobierno no tiene realmente ningún plan alternativo ante lo que se avecina.
De manera paralela, Podemos está incorporando medidas innovadoras en la toma de decisiones dentro de su seno, como la de plantear referendos internos para apoyar o no una iniciativa de cualquier simpatizante del partido, que cuente con un 10% de avales de la base. Una medida a años luz de las apulgaradas estructuras de poder digitales existentes en los partidos del régimen. Aunque no tengo claro si Podemos acabará convirtiéndose en otro partido más del sistema, si veo con meridiana claridad que va a constituir el principal airete que derribe lo poco que queda de las viejas estructuras.
Estamos asistiendo a una auténtica innovación continua en la vida política española, que será estudiada dentro de años como los mimbres de una segunda transición. El proceso empezó con las propuestas, rompedoras en su época, de UPyD, siguió con la aparición de Ciudatans en Cataluña y posteriormente Ciudadanos a nivel nacional y continuó con la irrupción de Vox y Podemos, con propuestas cada vez más rompedoras.
Y por debajo de la emergencia de estos partidos políticos, multitud de plataformas ciudadanas que han elevado el nivel de presencia de la sociedad civil hasta cotas nunca vistas, incluso rozando la categoría de seres vivos (amenas quizás) dentro de la pobre biología abisal, donde hasta ahora sólo habitaban las criaturas infernales de los partidos incrustados en el Estado del régimen, plataformas como PAH, Plataforma de las clases medias y el MCRC, fundado por Antonio García-Trevijano, que para mí es el auténtico think tank de este proceso absolutamente fascinante que estamos viviendo: la llegada de la libertad a España.
¿Que qué va a pasar aqui?. El tiempo de la reforma constitucional como medida para estabilizar el régimen ha pasado ya, cuando desde una mayoría de la clase política y sociedad civil catalana se aboga por la desobediencia civil (han pedido hasta la fiscal, amenaza catalizadora de la Revolución Francesa), y lo que ahora se abre paso, no como la voluntad de un o dos partidos, un, dos o tres políticos, sino como un rugido incruento que emana de la teoría del caos, de la ley de los grandes números, de la teoría de catástrofes, de la propia naturaleza de las cosas, es la apertura de un proceso constituyente, una nueva Constitución.
Lo que no sé, y esa es otra apuesta que haré otro día - hoy he perdido mi conexión con los telares de las parcas - es si Cataluña estará dentrro del ámbito de dicha constitución.
¿Cómo? ¿Qué dice? No, de verdad, no quiero acompañarla.
Sí, si estará dentro.
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