La Teoría de la Información, formulada por Claude Shannon, establece que hay más información en aquellos acontecimientos menos probables. Es por esto que se puede afirmar que todo lo relatado por los telediarios y tabloides del Régimen presenta un contenido escaso de dicho valor.
Por inferencia o procedimientos de ingeniería inversa, se puede llegar a leer entre líneas cuáles son los procesos que gobiernan la realidad, una realidad que pasa, comprimida, por los estrechos desfiladeros de la corrupta sociedad política actual. Lo políticamente correcto no es más que la corrupción informativa, la compresión de la realidad a unas pocas categorias y falsos procesos, que acompaña y blinda la corrupción política.
La lógica que gobierna las relaciones entre las escasas categorías que habitan en el interior de la clase política, del actual plano moral, es de una pobreza abrumadora. Los procesos que se establecen entre las inconexas noticias son de escaso recorrido y pobres implicaciones. Es el precio que tiene que pasar la realidad a nivel de la sociedad civil cuando, servil, se entrega a los postulados de la actual clase política. La realidad civil, de una gran biodiversidad por naturaleza, se degrada poco a poco, en los matices del lenguaje y los procesos sociales mueren cuarteados en noticias que no son más que la acomodación de la rica realidad a una clasificación y estructura informativa estática. La realidad y sus procesos vivos son crucificados diariamente en el Gólgota de lo políticamente correcto, para provecho del religioso-político estatal y veneración del hombre temoroso de Dios-medio de comunicación.
Los telediarios y periódicos reparten tickets para las diversas colas donde se despacha y conforma la realidad. Las inconexas noticias hacen que la ciudadanía se concentre en la débil lógica de lo políticamente correcto, al ver como los corruptos procesos del Estado de Partidos, casi propios de vida unicelular, explican casi milagrosamente, la ligera esquizofrenia que se padece en la sociedad civil al ser bombardeada por tan contradictorios mensajes. Esta dolencia psíquica, llevada a la generalidad de lo social, ya fue relacionada con el capitalismo por Guattari y Deleuze, aunque se podría relacionar con todo régimen de poder no democrático. Se ven los noticieros y se leen los periódicos para seguir las premisas del psicoanalista que nos ha tratado desde niños. Para recordar las pocas categorías, los hitos fijos por donde deben, necesariamente, discurrir nuestros procesos mentales.
Los medios de comunicación se limitan a potenciar, según la temporada, rebajas o no, periodo electoral o teatro parlamentario, unas categorías u otras, creándose procesos sociales y colas ante los establecimientos adecuados, de pago o urnas, de la misma manera que el esquiador varía la trayectoria al desplazarse los banderines. Esquivar fuera de la pista, queda fuera de toda imaginación. Los únicos procesos que les importan a las oligarquías, son los electorales, donde en condiciones de falsa democracia, sin representatividad alguna, se cumple la crónica de una muerte anunciada, la muerte de todo proceso social no servil.
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