Mentiras y gordas (Sinde and CIA.)
Todo el ecosistema hediondo que ramonea en los rededores del tumor español, casta parasitaria político-financiera, está en ebullición y las larvas de la manipulación y mentira se desarrollan con presteza, allegro, allegro, que vienen las elecciones! y hay que engrasar la perfecta maquinaria de la gran mentira democrática y de libertades. Todos, desde el gobernador del Banco de España hasta el Tribunal Constitucional, que prostituye una Constitución ambigua, y todo hay que decirlo, perpetrada ad hoc cual fajín para cinturas hosteleras, coñac, puro y pedo en los aledaños de la Carrera de los Jerónimos y correveidiles, están en estos menesteres.
En este sistema loco, loquito, que apenas aguanta las paradoxas, habla tú que a mi me da la risa, Bildu dijo ayer que en la decisión del Tribunal Constitucional de permitirles presentarse a las elecciones municipales hubo presiones políticas, porque en España la separación de poderes no es real. Y es la pura verdad, y es lógico que quieran la INDEPENDENCIA DEL ESTADO ESPAÑOL, como la quiero yo y debería ser decretada para partidos políticos, patronal y otros sindicatos (del crimen) en la realización del individuo.
El actual estado apañol, resto monstruoso del franquismo vertical, contra el que lucharon a última hora los paniaguados contemporáneos, es el que permite que se escuchen sus voces y discursos ridículos, trufados de paradojas ad infinitum, amortiguados por las moquetas y alfombras, creando una gran ceremonia de la confusión en la que abrevan los medios de comunicación y que distribuyen entre la población moralmente aniquilada.
La moral colectiva, arrasada a jirones por el caos y la contradicción, aliñada por la sofisticación de la ingeniería financiera, da cobijo a toda una pléyade de hombres y mujeres sin alma, que viven cómodos en cualquier mentira, que prosperan wey en el way de la albricia.
La democracia española es una instancia del teatro de lo absurdo, es un continuo koan zen para el que lo quiera ver, es una posibilidad real para el despertar definitivo, para la caída de todas las tramoyas. Pero para eso hay que mantenerse bien despierto y no ceder ante el chantaje de una comodidad aparente, no caer en las prebendas de esta dictadura del cretinismo y la imbecilidad.
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