14 oct 2009

Crisis, cambios y empresa.


Las épocas de crisis consisten en una coyuntura de cambios, de algo anteriormente organizado pero a su vez se muestra sensible e inestable. Estos cambios pueden ser predecibles aunque no por ello, no dejan de crear incertidumbre en el ya mencionado proceso de cambio. Estos cambios críticos que se denominan crisis, pueden ser personales o sociales, aunque a veces van ambos de la misma mano.Las personas ante los momentos de cambios personales o sociales, sentimos aflorar con más intensidad nuestras emociones. Las emociones más predominantes en los momentos de crisis son miedo, ansiedad y estrés.

El miedo a empeorar la situación que poseía antes de iniciarse el proceso de cambio, la ansiedad de tener la sensación de no tener el control sobre el proceso de cambio en el que estamos envueltos y el estrés que nos supone no disponer de los recursos necesarios que nos permitan afrontar dicha situación.

Los medios de comunicación nos bombardean a diario con noticias sobre la crisis.., si su dinero en el banco no está seguro, si el dinero pierde valor cada día,…logrando así transmitir emociones que ponen en riesgo nuestra salud física y emocional y por lo tanto la salud de nuestras empresa.

Por otra parte, los políticos a su vez lanzan más leña al fuego, y una vez más obvian la responsabilidad de salvaguardar la seguridad y bienestar de los ciudadanos y ciudadanas de su país. Aprovechan la situación desesperada y frágil de la sociedad para arañar unos míseros puntos de porcentaje en la intención al voto.

Necesitamos rebajar la intensidad de las emociones que conviven actualmente con la crisis, y para ello necesitamos seguridad, responsabilidad y compromiso por parte de las personas que lideran el mundo. Una seguridad que rebaje la ansiedad en este proceso de cambio, la responsabilidad y el compromiso de recurrir a los valores esenciales de las personas a fin de clarificar alternativas y tomar las decisiones adecuadas.

En definitiva, necesitamos sentir que las emociones que ponen nuestro bienestar en peligro pueden ser afrontadas y para ello la confianza en uno mismo y en los demás se antoja indispensable.

(Industria y servicios, 14-10-09)

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